Me gusta esta foto por muchos motivos: porque me permite celebrar a mi papá y a mi hermana al mismo tiempo. El primero, porque está de cumpleaños y ella, porque celebra su santo el mismo día.
Me gusta también porque veo a dos de mis sobrinos en su versión mini, cuando ya están mucho más grandes.
Pero me gusta, sobre todo, por esas piernas torcidas, en el mismo gesto -quizás genético- natural y nada estudiado. Me hizo sonreír cuando la redescubrí buscando la imagen perfecta para este saludo y para celebrarlos a los dos.
Besos de cumpleaños y de santo.
Snif, snif snif, siempre me haces llorar hijo, tu ternura, tu cariño que la distancia solo lo ha hecho crecer más me emociona.
ResponderEliminarQue cambiada está la cabaña ahora, ya la verán y si es verdad, la genética es MUY JUERTE como diría Martín.
Que llegue luego Diciembre para abrazarlos
Mamá
Tomás:Me reí de tus comentarios sobre la postura de las piernas,veo que no dejaste pasar la ocasión ácida de mi hijo. Pero parece que nos parecemos con la Roz, dado que la postura es igual, pero tiene una explicación; si tu vez estaba con los pies con los talones alzados con el fin que no se me cayera Carlitos. Pero como cada cuál tiene su postura y como soy muy tolerante, la acepto, con humor. Gracias por los saludos, para mí y Rosario.
ResponderEliminarUn abrazo, vamos contando los días con tu madre.
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