Nunca pensé que me ocurriría algo así

Acabo de ver por segunda vez la primera temporada de "Heartstopper" y decidí escoger una de las frases que Charlie dice en el último capítulo para titular este texto. Y es que, de verdad, en mi adolescencia, jamás podría haber imaginado lo que iba a vivir. 

Quizás por la influencia de Disney o simplemente por tener en casa el ejemplo de mis padres, siempre soñé con enamorarme y compartir mi vida con alguien... pero nunca ese alguien fue una mujer. En mi corazón sabía que no podía engañarme ni quería engañar a nadie más con la idea de un amor basado en una mentira, una mentira hacia otra persona y hacia mí mismo. Pero hacer familia con un hombre era algo totalmente fuera de mi alcance y completamente contrario a cualquier esquema que pudiera dibujar en mi cabeza. No tenía referentes para pensar en algo así. 

Nunca me enamoré ni menos soñaba con ser correspondido. La sociedad y el bullying me habían dejado claro que eso no iba a ocurrir jamás, que no era natural. Ni siquiera posible. 

Recuerdo una vez que un chico que había conocido en una actividad del colegio me regaló un colgante. Fue la única vez que creí que algo podía ocurrir, pero luego me di cuenta de que fue un gesto más bien fraternal, lejos de cualquier idea romántica. Nunca pasó nada ni hubo ningún momento especial, pero ese collar con el símbolo de la paz me confirmó lo que ya sabía: era ese tipo de amor el que yo soñaba tener. 

Pasaron muchos, muchos años hasta que tuve la oportunidad de encontrarlo. Más de 10 años en los que la soledad y el sentimiento de no pertenecer hicieron un agujero grande en mi corazón. Por un momento llegué a pensar que había perdido la posibilidad de enamorarme, como que me había entumecido por dentro, pero fue una herida que me hice a mí mismo por miedo a ser libremente. Por fortuna, pude dejar atrás todo eso. 

Hoy, 24 de noviembre, celebro 7 años de matrimonio (y 18 años, 4 meses y 10 días) al lado de Ivor, mi marido. Esas dos últimas palabras tienen un gran poder para mí desde entonces como adulto y también para ese adolescente roto por dentro que nunca pensó que algo así le podía ocurrir. 

Sin embargo, y a pesar del daño, hoy vivo en una relación sana, bonita y llena de amor, basada en la confianza y en el respeto. ¡Soy libre y feliz!

Me duele no haber tenido la oportunidad de un amor bonito a lo "Heartstopper", pero no cambiaría ni un momento de estos últimos 18 años y de mi adolescencia tardía. 

Quizás podría decir que me habría gustado ser más valiente, tener la oportunidad de conocerme y de conocer a alguien más, de no dejar que nadie me robara una parte de mi vida simplemente por ser gay. Pero no puedo volver atrás ni cambiar lo que ya pasó. Ahora solo puedo abrazar a mi yo adolescente y decirle que todo estará bien. 

Me hubiera gustado entonces, eso sí, saber que podría gritar mi amor, demostrarlo y vivirlo con mi familia y mis amigos. Me hubiera gustado no tener miedo y no romperme el corazón. Me hubiera gustado poder hablar con alguien sin temor. Me hubiera gustado saber que no pasaba nada malo conmigo y que cumpliría mis sueños algún día.

Por eso hoy escribo este texto: para no olvidar de dónde vengo, por qué hago lo que hago, y para que tú, si estás leyendo esto y sueñas los mismos sueños que yo tuve hace muchos años, sepas que se pueden cumplir. Solo ten paciencia, no dudes de tus sentimientos, sé valiente y da los pasos que tengas que dar, a tu ritmo, para seguir adelante.

Simplemente con que sepas que es posible, mi trabajo está hecho. Ojalá que nunca pienses que no puedes, que lo que sientes está mal y que te hagan creer que tus emociones no son válidas. ¡Lo son! Mientras pueda, seguiré ocupando todas mis armas y mi tiempo para decirte que todo mejora.

0/Post a Comment/Comments

Artículo Anterior Artículo Siguiente