Acabo de leer en La Tercera el testimonio de Luis Larraín como padre de un hijo gay. Me gustó la forma cotidiana y terrenal en la que cuenta cómo la confesión de su hijo mayor cambió su manera de ver la vida, destruyó sus prejuicios y generó nuevas preocupaciones. Un relato en el que, sin aspavientos ni victimismo, un padre abre su corazón y se levanta para luchar junto a su hijo. Altamente recomendable...
"Tener un hijo gay no fue fácil desde el comienzo. Creo que cuando Luis
nos contó, vivimos uno de los momentos más intensos que hemos
experimentado en la vida, de más carga emocional. Pero al final, la
aceptación es muy liberadora. Siento que hoy tengo una mejor comprensión
del mundo".
Quizás para muchas personas fuera de Chile el tema esté superado, pero allí el tema de la homosexualidad está en pleno debate en cuanto a derechos y reconocimientos civiles. Todavía reina una alta pacatería en los medios de comunicación en cuanto a la persona homosexual y se aborda en las tertulias con pinzas, falacias y burlas. Queda mucho camino por recorrer en el ámbito social. En el privado, ya comienzan a darse importantes pasos...
Es tiempo de conocer, reconocer, acoger y asumir que la vida tiene más de un camino y que la felicidad no solo se consigue de una forma. Necesitamos más valentía, más coraje, más huevos. Es hora de poner las cartas sobre la mesa.
Hermoso el testimonio del padre,me siento muy representada en la mayoría de las cosas, en lo que se aprende y lo que se crece. Como nos decía el Padre Marcos, el Señor no excluye a nadie, al contrario siempre Incluye.
ResponderEliminarMamá
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