Hace tiempo Estefanía Beamish Peña me "desafió" a escribir 10 cosas interesantes (o no) acerca de mí. Acepté el desafío encantado y me sorprendió la reacción de muchos y muchas: que no se atrevían a desnudarse públicamente, que les daba pudor contar sus intimidades, etc. Reconozco que me costó entenderlo, pero creo que al final lo comprendí: esto es cosa de cada uno. Pero mi duda es ¿por qué habrías de contar aquello que no quieres contar? ¡Nadie te obliga! Evidentemente cuento cosas más íntimas, pero no destapo todos mis secretos ni me expongo desnudo frente a la audiencia... ¡eso daría para muchas cosas y 10 son muy pocas para hacerlo! Además, no las haría por este canal...
En fin, que hoy recupero esas primeras 10 y agrego otras 10, porque siempre es bueno bajarse un poco de ese lugar en el que nos ubicamos y reconocer nuestra humanidad, nuestras carencias y nuestros errores. Es un ejercicio necesario de humildad para recordarnos que por muy buenos que seamos en alguna cosa, somos nefastos en otras... y ninguna de ellas nos hace mejores o peores que nadie.
10 cosas interesantes (o no) acerca de mí
1. Continuamente pierdo la lucha contra morderme las uñas... lo he intentado todo y siempre caigo, una y otra vez.
2. Soy un fan empedernido de Friends. Tanto así, que algunas veces solo con ver en la imagen la ropa que usan, sé qué capítulo es (y no exagero). También puedo recitar algunos diálogos o contestar largos cuestionarios para frikis de la serie sin repetir ni equivocarme.
3. En 2010 me desperté de un salto exactamente a la hora del terremoto en Chile con la sensación de que me faltaba el aire... Estaba a más de 11.000 kilómetros de distancia.
4. Una de las cosas que más vergüenza me da reconocer es que lloré con "El día de la independencia", cuando el presidente de EEUU da el discurso de "salvaremos al mundo". No me siento orgulloso de ello...
5. Tengo serios problemas para recordar a ciertas personas y/o situaciones, cosa que antes no me sucedía jamás. Ahora resulta que la gente tiene recuerdos de cosas que compartimos de las cuales yo no me acuerdo. Curiosamente, luego recuerdo con detalles cosas sin relevancia.
6. Odio cuando la gente me dice que estoy gordo. ¡Ya lo sé! No necesito que me lo recuerden. Secretamente, en mi cabeza pienso: "¡Y tú estás cada día más idiota (feo/a, arrugado/a, hediondo/a...)!", pero no lo digo porque soy educado.
7. Pese a que estoy a favor de la igualdad, no soporto -lingüísticamente hablando- la mamonería de utilizar expresiones como "compañeros y compañeras", "ciudadanos y ciudadanas", o el horror que me provoca aún lo de "miembros y miembras". Me parece un absurdo gramatical sin sentido, utilizado solo como herramienta populista buenrrollista. Como dice un amigo: "si estamos en esas, hablemos también de personos y de personas". La igualdad no radica en ese tipo de usos lingüísticos, sino en cambiar las actitudes y roles repetidos desde las familias.
8. Hablando de esto, tengo la manía de corregir hasta los libros. Mi labor de editor no termina nunca y cuando leo cosas mal escritas en Facebook, en el correo o en los medios, siento que me sangran los ojos. Pero no soy infalible y sufro cada vez que se me pasa un error en la corrección: incluso hay veces en las que me cuesta dormir. Lo sé, es preocupante.
9. Hay niños que me hacen querer golpear a sus padres o quitarles la tutela. Pero luego soy yo el que no puede tenerlos por razones "filosóficas, morales o éticas".
10. Nunca he entendido lo del amor por la patria o por la bandera. No me siento más chileno por comer empanadas o por cantar el himno o por poner banderas el 18 de septiembre. Más bien mi corazón está con las personas con las que comparto historias, emociones y sentimientos. Ese es mi verdadero país. Y lo bueno es que siempre lo llevo conmigo, independientemente de donde esté.
2. Soy un fan empedernido de Friends. Tanto así, que algunas veces solo con ver en la imagen la ropa que usan, sé qué capítulo es (y no exagero). También puedo recitar algunos diálogos o contestar largos cuestionarios para frikis de la serie sin repetir ni equivocarme.
3. En 2010 me desperté de un salto exactamente a la hora del terremoto en Chile con la sensación de que me faltaba el aire... Estaba a más de 11.000 kilómetros de distancia.
4. Una de las cosas que más vergüenza me da reconocer es que lloré con "El día de la independencia", cuando el presidente de EEUU da el discurso de "salvaremos al mundo". No me siento orgulloso de ello...
5. Tengo serios problemas para recordar a ciertas personas y/o situaciones, cosa que antes no me sucedía jamás. Ahora resulta que la gente tiene recuerdos de cosas que compartimos de las cuales yo no me acuerdo. Curiosamente, luego recuerdo con detalles cosas sin relevancia.
6. Odio cuando la gente me dice que estoy gordo. ¡Ya lo sé! No necesito que me lo recuerden. Secretamente, en mi cabeza pienso: "¡Y tú estás cada día más idiota (feo/a, arrugado/a, hediondo/a...)!", pero no lo digo porque soy educado.
7. Pese a que estoy a favor de la igualdad, no soporto -lingüísticamente hablando- la mamonería de utilizar expresiones como "compañeros y compañeras", "ciudadanos y ciudadanas", o el horror que me provoca aún lo de "miembros y miembras". Me parece un absurdo gramatical sin sentido, utilizado solo como herramienta populista buenrrollista. Como dice un amigo: "si estamos en esas, hablemos también de personos y de personas". La igualdad no radica en ese tipo de usos lingüísticos, sino en cambiar las actitudes y roles repetidos desde las familias.
8. Hablando de esto, tengo la manía de corregir hasta los libros. Mi labor de editor no termina nunca y cuando leo cosas mal escritas en Facebook, en el correo o en los medios, siento que me sangran los ojos. Pero no soy infalible y sufro cada vez que se me pasa un error en la corrección: incluso hay veces en las que me cuesta dormir. Lo sé, es preocupante.
9. Hay niños que me hacen querer golpear a sus padres o quitarles la tutela. Pero luego soy yo el que no puede tenerlos por razones "filosóficas, morales o éticas".
10. Nunca he entendido lo del amor por la patria o por la bandera. No me siento más chileno por comer empanadas o por cantar el himno o por poner banderas el 18 de septiembre. Más bien mi corazón está con las personas con las que comparto historias, emociones y sentimientos. Ese es mi verdadero país. Y lo bueno es que siempre lo llevo conmigo, independientemente de donde esté.
Y las otras 10:
11. Durante muchos años creí que "Decagt" y "Descartes" eran dos personas distintas. Creo que fue en la universidad cuando me di cuenta de que estaba equivocado.
12. Tengo cosquillas (no muchas), pero puedo controlarlas. Solo tengo un punto débil: los pies. Y hablando de ellos, no soporto que me toquen los pies, al punto de tener reacciones agresivas al respecto.
13. Me he levantado en medio de la noche a hacer la cama, porque no está bien hecha o no está "equilibrada" (este concepto requiere horas de explicaciones y terapias). ¡TOC!
14. Cuando llevaba un mes en España pensé en utilizar el pasaje de vuelta a Chile (había sacado de ida y de vuelta porque era más barato). Tenía casi todo listo para volver, pero decidí romper el pasaje y quedarme. Aquí sigo, sin arrepentimientos.
15. El momento de la ducha es sagrado. No soporto las interrupciones, las prisas ni las incomodidades. Y muchos menos los olores extraños, incluyendo el olor a cigarro. Sin una buena ducha, el resto del día está totalmente torcido. Por cierto, las duchas hidropónicas (por sistema de goteo) me parecen una tortura.
16. No soy bilingue, pero entiendo bastante bien el inglés. Lo leo, lo escucho, pero me cuesta mucho, muchísimo, hablarlo (aunque si no hay más remedio, lo hago). Pero hay ocasiones en las que me bloqueo y lo único que hago cuando me hablan es sonreír y asentir con la cabeza. Estoy seguro de que mi familia inglesa debe pensar que soy estúpido...
17. Toda mi vida quise escribir un libro de cocina. ¡Lo conseguí! Hace un año publiqué el primero en español y hace unos meses, en inglés. Ahora trabajo en él y los siguientes. El día que lo publiqué apenas pude dormir de la emoción y el pudor que me provocaba.
18. Creo en los flechazos. Creo que hay personas con las que conectas de inmediato y que sabes que van a formar parte de tu vida durante largo tiempo. Lo mejor es cuando el flechazo es permanente y cada día te recuerda por qué tuviste ese clic con alguien.
19. Reviso mi cuenta bancaria todos los días, aunque sepa lo que hay (o lo que no hay). Es una manía... una de tantas. ¡TOC!
20. Me aburren infinitamente los museos y al vigésimo cuadro la verdad es que dejo de poner atención. Y cuando voy de viaje es lo último que pienso en visitar. Prefiero conocer una ciudad por sus calles y no por sus cuadros. Me parece mucho más interesante una exposición puntual (y no todas, claro)... ¡Y no por eso soy menos turista ni menos persona!
12. Tengo cosquillas (no muchas), pero puedo controlarlas. Solo tengo un punto débil: los pies. Y hablando de ellos, no soporto que me toquen los pies, al punto de tener reacciones agresivas al respecto.
13. Me he levantado en medio de la noche a hacer la cama, porque no está bien hecha o no está "equilibrada" (este concepto requiere horas de explicaciones y terapias). ¡TOC!
14. Cuando llevaba un mes en España pensé en utilizar el pasaje de vuelta a Chile (había sacado de ida y de vuelta porque era más barato). Tenía casi todo listo para volver, pero decidí romper el pasaje y quedarme. Aquí sigo, sin arrepentimientos.
15. El momento de la ducha es sagrado. No soporto las interrupciones, las prisas ni las incomodidades. Y muchos menos los olores extraños, incluyendo el olor a cigarro. Sin una buena ducha, el resto del día está totalmente torcido. Por cierto, las duchas hidropónicas (por sistema de goteo) me parecen una tortura.
16. No soy bilingue, pero entiendo bastante bien el inglés. Lo leo, lo escucho, pero me cuesta mucho, muchísimo, hablarlo (aunque si no hay más remedio, lo hago). Pero hay ocasiones en las que me bloqueo y lo único que hago cuando me hablan es sonreír y asentir con la cabeza. Estoy seguro de que mi familia inglesa debe pensar que soy estúpido...
17. Toda mi vida quise escribir un libro de cocina. ¡Lo conseguí! Hace un año publiqué el primero en español y hace unos meses, en inglés. Ahora trabajo en él y los siguientes. El día que lo publiqué apenas pude dormir de la emoción y el pudor que me provocaba.
18. Creo en los flechazos. Creo que hay personas con las que conectas de inmediato y que sabes que van a formar parte de tu vida durante largo tiempo. Lo mejor es cuando el flechazo es permanente y cada día te recuerda por qué tuviste ese clic con alguien.
19. Reviso mi cuenta bancaria todos los días, aunque sepa lo que hay (o lo que no hay). Es una manía... una de tantas. ¡TOC!
20. Me aburren infinitamente los museos y al vigésimo cuadro la verdad es que dejo de poner atención. Y cuando voy de viaje es lo último que pienso en visitar. Prefiero conocer una ciudad por sus calles y no por sus cuadros. Me parece mucho más interesante una exposición puntual (y no todas, claro)... ¡Y no por eso soy menos turista ni menos persona!
Claramente muchas son de larga data, en algunas me parece reconocerme(la manía de la cama desequilibrada, que también la tiene Andrés. Los Museos no pagaría por ir a ninguno, me altera ver a las personas m irando los cuadros con cara de entendidas cuando en el fondo lo que quieren es ir a tomar un café en otro lado,
ResponderEliminarme gusta ver vivir a la gente en presente ,pasear por sus calles.
Y sobretodo estar al aire libre
A mi me gustan los museos no solo cuando visito otras ciudades . Me encanta visitar los museos de mi ciudad: Madrid y repito exposiciones. No voy con cara de entendida me emociona ver en persona cuadros que conocía solo de libros
ResponderEliminarRealmente me entrengo mucho y me reconforta leerte y es de mi orgullo haberte conocido de pequeño....
ResponderEliminarRealmente me entrengo mucho y me reconforta leerte y es de mi orgullo haberte conocido de pequeño....
ResponderEliminar¡Muchas gracias por el mensaje @misterluxio! Un honor saber que está entre mis lectores. Cariños a la familia ;)
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