El tarot es uno de los misterios de nuestra historia. Se sabe mucho y se sabe tan poco a la vez, que nadie ha sido capaz de situar su nacimiento con certeza, su influencia y cómo fue su difusión geográfica. Tampoco hay nada establecido en cuanto a su significado concreto, y las vertientes que existen en relación con su lectura y rituales, son tantas como intérpretes existen.
El más básico y conocido es el Tarot de Marsella, dividido en 56 arcanos menores y 22 mayores. Se dice que de él han derivado todo el resto de "juegos" conocidos con posterioridad. No voy a entrar en el detalle de las cartas, porque para eso ya hay suficiente información en Internet. Sí quiero hacer algunas aclaraciones en torno al tarot.
1. El tarot no predice el futuro con exactitud. Las cartas parecen mostrar la situación actual y las posibles vías de acción, pero jamás le dirá al interesado fechas exactas o hechos inevitables. Quien lo haga creer así, miente.
2. Algunos rituales para la lectura del tarot son ridículos: la presencia de elementos externos al intérprete y al interesado no son más que parte de un espectáculo. La orientación de la mesa, de las cartas, la luz, la hora del día, la fecha y otra serie de accesorios, no son más que pura teatralidad.
3. Su función es abrir los ojos del interesado y hacerle ver las cosas desde una perspectiva más completa. Tampoco se puede preguntar únicamente por amor, trabajo, salud o cualquier otro, porque las cartas van a referirse inevitablemente al aspecto que deba ser tratado. Generalmente preguntar por gente ajena es algo molesto porque rompe la dinámica entre el tarotista y quien consulta.
4. El tarotista no es adivino ni mago ni hechicero. Pretender que sepa todo sólo con sentarse en la silla es absurdo. Para hacerse una idea, lo mejor es hablar con el intérprete para dar los detalles justos que permitan una visión más completa de la tirada de cartas.
Todas las cosas que se dicen, se cuentan y se comentan, siempre están teñidas de "magia". Es mejor olvidarse de estas ideas y buscar una ayuda en el Tarot si es que no la encuentra en otro sitio; pero, pretender que esta sea la solución de todo y confiar en su infalibidad, no tiene mucho asidero y terminará por desengañarse de alguna forma.
Como en muchos aspectos de la vida, todo en la dosis justa, sin abusos. Hay que tomarlo como un interesante juego donde una persona externa cobra por decirle lo que mucha gente de su entorno cercano no se atreve a decir. Así de simple.
El más básico y conocido es el Tarot de Marsella, dividido en 56 arcanos menores y 22 mayores. Se dice que de él han derivado todo el resto de "juegos" conocidos con posterioridad. No voy a entrar en el detalle de las cartas, porque para eso ya hay suficiente información en Internet. Sí quiero hacer algunas aclaraciones en torno al tarot.
1. El tarot no predice el futuro con exactitud. Las cartas parecen mostrar la situación actual y las posibles vías de acción, pero jamás le dirá al interesado fechas exactas o hechos inevitables. Quien lo haga creer así, miente.
2. Algunos rituales para la lectura del tarot son ridículos: la presencia de elementos externos al intérprete y al interesado no son más que parte de un espectáculo. La orientación de la mesa, de las cartas, la luz, la hora del día, la fecha y otra serie de accesorios, no son más que pura teatralidad.
3. Su función es abrir los ojos del interesado y hacerle ver las cosas desde una perspectiva más completa. Tampoco se puede preguntar únicamente por amor, trabajo, salud o cualquier otro, porque las cartas van a referirse inevitablemente al aspecto que deba ser tratado. Generalmente preguntar por gente ajena es algo molesto porque rompe la dinámica entre el tarotista y quien consulta.
4. El tarotista no es adivino ni mago ni hechicero. Pretender que sepa todo sólo con sentarse en la silla es absurdo. Para hacerse una idea, lo mejor es hablar con el intérprete para dar los detalles justos que permitan una visión más completa de la tirada de cartas.
Todas las cosas que se dicen, se cuentan y se comentan, siempre están teñidas de "magia". Es mejor olvidarse de estas ideas y buscar una ayuda en el Tarot si es que no la encuentra en otro sitio; pero, pretender que esta sea la solución de todo y confiar en su infalibidad, no tiene mucho asidero y terminará por desengañarse de alguna forma.
Como en muchos aspectos de la vida, todo en la dosis justa, sin abusos. Hay que tomarlo como un interesante juego donde una persona externa cobra por decirle lo que mucha gente de su entorno cercano no se atreve a decir. Así de simple.
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