Regalos y mentiras

Llevo días pensando en la existencia de los Reyes o de Papá Noel. ¿Por qué nos inventamos estos intermediarios? Mi primera respuesta fue para poder echarle la culpa a alguien si es que no hemos acertado con los regalos o no hemos cumplido con la larga lista de peticiones. Pero no, porque al comentarlo con alguien, dijo: "Ni se me ocurriría decirle a mis hijos que Papá Noel o los Reyes no le trajeron lo que pidió. ¡Imagínate qué trauma!". Entonces, ¿cuál es el objetivo de mentirles a los más pequeños?

No me vale la idea de fomentar su imaginación, porque ahora mismo se me ocurren mil formas más interesantes de hacerlo, empezando por una mucho más fácil y educativa: la lectura. Incluso, un trozo de madera que puede ser una espada laser, un caballo, una nave espacial o un mejor amigo.

Simplemente se les engaña diciéndoles que "alguien" les traerá regalos porque han sido buenos, lo que también ocurrirá aunque no lo hayan sido, porque pocos son los padres que ven maldad en sus hijos. El engaño tampoco tiene que ver con la fe, porque para celebrar este tipo de fiestas de origen claramente religioso, nadie tiene reparos. Lo mismo ocurre con la Pascua. Pero anda a pedirles que celebren un Viernes Santo o la fiesta de la Inmaculada... ¡se les cae el pelo!

No sé si sicológicamente es positivo reforzar una fantasía durante años para luego romperla en mil pedazos. Ninguno de nosotros quedó traumatizado al saber que eran los padres y no otros quienes traían regalos, pero de todas formas casi todos recordamos el momento en que dejamos de tener esa inocencia en el cuerpo. ¿Es necesaria esta invención? Si alguien lo sabe, digo un argumento de peso, que lo comente. Bienvenido o bienvenida será.

Por mi parte me parece un absurdo. Más bien, me parece una necesidad de los padres que una ventaja para los hijos. Así los adultos tienen la certeza de "jugar" y de "controlar" las mentes de sus pequeños, al menos un par de días al año. Los hacen dormir a saltos, salir pronto de la cama, tener ansiedad y fomentar los caprichos. Todo para que en menos de una hora se hayan olvidado de la mitad de esos caprichos, se queden con los más grandes y todo lo demás sea un mero recuerdo. Y más encima los niños se dejan engañar pensando que han oído a los Reyes o a Papá Noel, que han visto sombras, escuchado ruidos o lo que sea. Y la mentira se convierte en una bola de nieve...

Creo que todo eso es lo que hace perder el sentido de las fiestas. Me da igual la fecha que se recuerde, que para eso hay muchos colores y preferencias, pero son celebraciones para compartir con la familia, con los amigos. Son ritos sociales, culturales y religiosos que forman parte de lo que somos y nos permiten mantener o estrechar los vínculos con quienes nos rodean. ¿No sería más bonito enseñarles a los niños que sus padres se han esforzado por regalarles algo especial, que atiborrarlos de cajas y cacharros inútiles? ¿No sería mejor hacerles saber que estas fiestas son familiares y que no necesitamos a ningún extraño que traiga la felicidad como si no fuésemos capaces de conseguirla por nuestra cuenta?

Lo siento, pero no lo entiendo. Y cada vez lo entiendo menos. ¿Alguien me lo explica?

5/Post a Comment/Comments

  1. Y menos entiendo todavía que se agreguen intermediarios a todo este "amor de regalos", como si estos personajes no tuvieran mejor sitio para comprar que, por ejemplo, El Corte Inglés donde todo es más caro que en cualquier otro lugar. Poca imaginación tienen...

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  2. me gusta tu reflexión. a mí me gusta el juego, pero para eso no hace falta creertelo, solo jugar. de pequeños mi hermano aprovechábamos el día de reyes para pedir los regalos caros, y así no sobrecargar a mi madre, que sabíamos que no era tan pudiente como melchor, gaspar y baltasar. claro está, ella no permitía que todo el merito se lo llevaran ellos habiendo hecho el desembolso ella misma!!!

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  3. me gusta tu reflexión. a mí me gusta el juego, pero para eso no hace falta creertelo, solo jugar. de pequeños mi hermano aprovechábamos el día de reyes para pedir los regalos caros, y así no sobrecargar a mi madre, que sabíamos que no era tan pudiente como melchor, gaspar y baltasar. claro está, ella no permitía que todo el merito se lo llevaran ellos habiendo hecho el desembolso ella misma!!!

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  4. Anónimo14:27

    Buena pregunta -

    Aunque odio las navidades, no me gustaria negarlelas a los niños. Todavia recuerdo una nochebuena en Gandia, cuando mis primos y yo oimos unas campanas, unas risas estilo Papa Noel. Nos acercamos a la ventana, miramos, buscamos, y por fin volvimos al arbol de navidad y estaban ahi los regalos¡¡

    Soy una persona a la que le gusta saber el por que - la ciencia detras de todo, entender todo lo que ocurre alrededor mio, asi que me alegro de haber tenido momentos verdaderamente magicos en mi infancia. (Ahora, soy de las que en mi casa nunca me dejaban lo que habia pedido, me lo solian dejar en casa de mi abuela, asi que he tenido mi propia version de Papa Noel y Reyes Magos (ambos, si, menuda profanacion¡).

    Ala, se acabaron las navidades, podemos volver a ser felices y reunirnos con nuestros queridos cuando nos de la real gana¡¡

    Pilar

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  5. Anónimo13:44

    Todo junto hace una fiesta especial, La Misa de Nochebuena, la familia reunida comentando el Nacimiento de Jesús, lo que queremos para los demás en afectos, etc y los regalos para los niños, pocos, baratos y rompibles para no llorar por los caros desperdiciados.
    Siempre recuerdo que le dajabamos al Viejito Pacuero una copa de vino y un trozo de Pan de Pascua y era emocionante ver todo desparecido al día siguiente.
    Cre que las ilusiones deben tener una dosis de realidad pero no terminarlas.
    En todo caso ahora no me gusta el Viejo Pascuero prefiero decir que Jesús le encarga a varias personas la compra y repartija d los regalos
    Mamá

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