El horóscopo está que arde

Lectores, la guerra está servida. Resulta que no hay 12 ni 13 signos, ¡hay 14! Pues sí, lo que pasa es que uno es tan pequeño (apenas unas horas entre el 27 y 28 de marzo) que no se le tiene en consideración. Cetus es su nombre y, visto lo visto, creo que prefiero ser Ofiuco. Esto es lo que se dice del 14º signo:

"C[en]tís, nombre comun; Cetus o Centaurenius, en la mitología astronómica zodiacal, a Cetus se le ha asociado a diversos ritos paganos en nombre del ocultismo, a diferencia de las leyendas sobre el origen de la figura astrología, el signo zodiacal de Cetus fue retirado por el Emperador Cansion de Bensillo al rededor del siglo 4° antes de la era Cristiana, en consideración que era una ofensa al ideal de un equilibrio cósmico y que promovía los rituales del mal, Cetus estro en disposición de la Kabalah en la era del Oscurantismo, a partir de entonces poco ha sido su uso mas que con fines Astronómicos".

Todo esto de las constelaciones y los nuevos signos no es más que una guerra entre astrónomos y astrólogos. Los primeros, los que dicen basarse en el conocimiento científico y en la certeza; los segundos, a los que califican como una pandilla de mentirosos y timadores.

Fue en 1995 cuando Jacqueline Mitton de la Real Sociedad Astronómica británica puso sobre la mesa a Ofiuco para decir que "la astrología es una pura tontería. Ni los signos que usan los astrólogos se corresponden con la realidad". Pero los que viven de la interpretación de los astros no se han visto afectados por la medida. Pocos aceptan poner en duda la prevalencia de las 12 casas zodiacales para la definición de la personalidad y de la vida. Porque, como sabemos, la astrología no es más que un acto de fe, como muchas otras cosas. Y quien esté dispuesto a creerlo, buscará todas las alternativas y posibilidades interpretativas para mantenerse en su postura.

Si el mundo se ha construido bajo esta premisa, ¿por qué habría de cambiar algo ahora? Qué más da si son 12, 14 o 500: ya nos buscaremos las vueltas para creer en brujas, adivinos, magos y todo lo que se les parezca. Las respuestas se buscan y se encuentran en todos los sitios imaginables. Las posibilidades, al final, son infinitas.