El viernes aquel del que hablaba recién duchado y listo para salir a la calle en mi anterior post fue lo que se puede llamar un día perfecto: compras matutinas y con buenas ofertas; café a media mañana en excelente compañía, con muchas cosas por actualizar y mucha curiosidad por el desarrollo de nuestras vidas en los últimos 6 años... y todo con una buena dosis de azúcar. Después un buen almuerzo, un nuevo reencuentro y muchas cosas por decir y escuchar. Cambio de escenario y más encuentros, siempre agradables, siempre buenos.
Más café en el cuerpo, un breve viaje en auto, disfrutar a tía Ana María, a Emma y a los amigos de Ciencia Política. Nunca dejaré de agradecer por tan grandes personas, por tanto cariño que hay entre nosotros. Fue un grupo espontáneo y variopinto en el que nació un vínculo eterno. Esas noches se nos hacen cortas y siempre queremos más, pero las horas pasan inevitablemente. Despedidas varias, llegué a casa de primo para ver a Carla. Un vodka tónica más tarde, ya estábamos listos para dormir.
El sábado, otro gran día, comenzó con un buen desayuno y un más calmado proceso de preparación para salir al mundo. Almorzamos en una terraza porque el día casi primaveral que nos tocó, lo permitía. Regreso a casa y a preparar la salida. Esa noche cambiaba de alojamiento y era el reencuentro con las "niñitas", después de demasiado tiempo sin vernos. Lo mejor del día, lo dijo una de ellas: a pesar de que casi han sido 3 años, siento como si ayer hubiésemos estado juntos. Esas son las verdaderas amistades, esas en las que no necesitas forzar el tiempo y el espacio. Son aquellas que son porque hay un vínculo muy profundo detrás.
Tarde de confesiones y puestas al día, de actualizaciones. Noche de relax, de disfrutar de los cambios, de los nuevos caminos. De apoyar y sentirse apoyado. De querer mucho y alegrarse. Sueño, desayuno casi bajo la lluvia y de camino a casa de mi hermano para pasar la mañana. Rico almuerzo, gran regalo y de vuelta a Talca donde me esperaba una lluvia que nos acompañaría hasta ayer martes.
Lunes y martes fueron días muy familiares y tranquilos. Cafés disfrutados y conversados, comidas pantagruélicas y posteriores arrepentimientos. Trámites varios, compañía excelente. El lunes en la noche, la visita del padre Marcos y una muy buena conversación que se podría haber extendido por largas horas, pero que hubo que comprimir. Hacen falta muchos "padre Marcos" en el mundo.
El martes acabó en Barbanegra, disfrutando de la buena compañía de mis "niños", ya profesionales y resueltos, hombres y mujeres en toda regla que me enorgullecen y a quienes admiro. Ellos han sabido luchar contra la adversidad y superar todos los "contras" que tenían. Se merecen todo mi cariño y mi respeto. Muchas risas después y algunas cuantas confidencias profesionales, llegó la hora de echar el cierre. Comienzan los adioses...
Miércoles, hoy, se esperan más cosas. Más visitas, encuentros y despedidas. La cuenta regresiva comienza, pero no hay más que disfrutar cada minuto que queda y esperar a que la vida nos vuelva a reunir.
Más café en el cuerpo, un breve viaje en auto, disfrutar a tía Ana María, a Emma y a los amigos de Ciencia Política. Nunca dejaré de agradecer por tan grandes personas, por tanto cariño que hay entre nosotros. Fue un grupo espontáneo y variopinto en el que nació un vínculo eterno. Esas noches se nos hacen cortas y siempre queremos más, pero las horas pasan inevitablemente. Despedidas varias, llegué a casa de primo para ver a Carla. Un vodka tónica más tarde, ya estábamos listos para dormir.
El sábado, otro gran día, comenzó con un buen desayuno y un más calmado proceso de preparación para salir al mundo. Almorzamos en una terraza porque el día casi primaveral que nos tocó, lo permitía. Regreso a casa y a preparar la salida. Esa noche cambiaba de alojamiento y era el reencuentro con las "niñitas", después de demasiado tiempo sin vernos. Lo mejor del día, lo dijo una de ellas: a pesar de que casi han sido 3 años, siento como si ayer hubiésemos estado juntos. Esas son las verdaderas amistades, esas en las que no necesitas forzar el tiempo y el espacio. Son aquellas que son porque hay un vínculo muy profundo detrás.
Tarde de confesiones y puestas al día, de actualizaciones. Noche de relax, de disfrutar de los cambios, de los nuevos caminos. De apoyar y sentirse apoyado. De querer mucho y alegrarse. Sueño, desayuno casi bajo la lluvia y de camino a casa de mi hermano para pasar la mañana. Rico almuerzo, gran regalo y de vuelta a Talca donde me esperaba una lluvia que nos acompañaría hasta ayer martes.
Lunes y martes fueron días muy familiares y tranquilos. Cafés disfrutados y conversados, comidas pantagruélicas y posteriores arrepentimientos. Trámites varios, compañía excelente. El lunes en la noche, la visita del padre Marcos y una muy buena conversación que se podría haber extendido por largas horas, pero que hubo que comprimir. Hacen falta muchos "padre Marcos" en el mundo.
El martes acabó en Barbanegra, disfrutando de la buena compañía de mis "niños", ya profesionales y resueltos, hombres y mujeres en toda regla que me enorgullecen y a quienes admiro. Ellos han sabido luchar contra la adversidad y superar todos los "contras" que tenían. Se merecen todo mi cariño y mi respeto. Muchas risas después y algunas cuantas confidencias profesionales, llegó la hora de echar el cierre. Comienzan los adioses...
Miércoles, hoy, se esperan más cosas. Más visitas, encuentros y despedidas. La cuenta regresiva comienza, pero no hay más que disfrutar cada minuto que queda y esperar a que la vida nos vuelva a reunir.
Cuanto te extrañaremos hijo, ya no quiero ni pensar en el Sábado, prefiero vivir día a día, pero se que tu estadía fué un regalo y que tienes que seguir tu vida y encontrarnos cuando sea el momento ,ojalá lo antes posible.
ResponderEliminarMamá
quizás en Italia 2011? :-)
ResponderEliminari.
o quizás en Chile 2011??????????nunca se sabe
ResponderEliminarNana
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