Mi primera colaboración como columnista con el Periódico Escuela... Realmente, mi experiencia con ellos ya es larga y feliz, pero con mi columna particular estoy dando el primer paso. ¡Recién estrenada! Aquí van el texto y las fotos...
¡Muéranse!
Después de ver este vídeo (http://bit.ly/mueranse) no me queda ninguna duda: hay un desfase generacional. En él vemos una broma que se extendió el año pasado en cuestión de semanas por gran parte de Latinoamérica. Hay pocas maneras mejores de representar esa brecha: la vida de nuestros estudiantes se basa en la hiperconexión, en la socialización y en la exposición. Nosotros, en tanto, seguimos temiendo al fantasma de Internet, dándole la espalda a aquello que comparten a cualquier rincón del planeta.
La tarea de los padres en primer lugar, y del profesorado después, es estar atentos a las herramientas, usos, tendencias, apps de moda…, no necesariamente como usuarios activos, sino como testigos informados, capaces de comprender la dimensión de lo que nuestro alumnado tiene en su mano cuando les damos un smartphone.
Y es que el problema no es de ellos, sino de aquellos que les otorgamos una herramienta poderosa a quien apenas puede sostenerla y utilizarla con responsabilidad. No sacamos nada con prohibir o intentar “controlarlos parentalmente”, sino que debemos enseñarles a usar la tecnología como la herramienta que es.
Hoy en día, permítanme la metáfora absurda, es casi menos peligroso entregarle a un niño una espada que un móvil, porque al menos con la espada hay un único peligro. Con el teléfono, en cambio, la exposición al riesgo es mucho mayor si no somos capaces de transmitir una base sólida de responsabilidad, formación e información junto con la tecnología; y las posibilidades son infinitas.
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