





Si bien es cierto que no hubo tampoco tiempo material de hacernos una idea panorámica de lo que es Bruxelles, una ciudad siempre a medio camino entre el francés y el flamenco, con tintes de inglés y de turismo internacional, la sensación es que su bullicio se desarrolla más en el interior de los edificios que en la calle. Llegamos un viernes al mediodía y, cuando bajamos en el corazón del poder europeo viniendo desde el aeropuerto, la verdad es que parecía un decorado a la espera de que alguien gritase: ¡Acción!


¡qué envidia de escapada! :)
ResponderEliminarox c
Que hermoso Tomás y no tengo la menor duda que repetirán el viaje. Bueno así conoceré mas de esta ciudad, que es definitivamente de mi gusto, tranquila, bella y llena de paisajes con agua.
ResponderEliminarEsperamos mas reseñas
Mamá
Que belleza!!!!
ResponderEliminar¡Muy bonito!
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