Sí, soy culpable. Culpable de querer más vacaciones, de volver a disfrutar de la familia y de los amigos, de seguir en Chile, de descansar, de viajar, de comer, de celebrar, de las largas conversaciones y las rápidas puestas al día.
Soy culpable de querer más tiempo con los míos, con los que también son míos, con los antiguos y los nuevos, con todos. Soy culpable de odiar el rápido pasar de las horas, el sol que sale y se esconde sin preguntar.
Pero también soy feliz. Feliz de haberlo pasado tan bien, de haber visto nuevas caras, de haber estado en el sur, de haber sido bien recibido por tanta gente, de abrazar y recibir abrazos. Es lo que tienen las vacaciones, que se acaban rápido. Pero la balanza pesa hacia lo positivo y me quedo con bellos recuerdos del viaje y un arsenal de fotos que irán apareciendo en el blog en la medida en que sean necesarias.
Comienza 2012 y el blog abre una nueva etapa en el calendario después de casi un mes de inactividad. Desde aquí quiero celebrar el nuevo año y agradecer por todo lo que trajo o se llevó 2011.
Fue un regalo del cielo tenerlos Hijo,los días pasaron demasiado rápido y el vacío se hace notar, pero nos consuela pensar que ya estarán programando la próxima venida.
ResponderEliminarMamá
Ojala todos los sentimientos de culpabilidad vinieran de tan buen sitio! Feliz 2012!
ResponderEliminarPilar
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