“Podría correr hasta Texas y volver, pero mi hija no. ¡Nunca pudo! ¡Oh, Dios! Estoy tan enojada que no sé qué hacer. ¡Quiero saber por qué! Por qué la vida de Shelby se ha terminado. Cómo saber si su hijo sabrá algún día lo maravillosa que fue su madre, si sabrá que ella lo dio todo por él. Oh, Dios, quiero saber por qué, ¡por qué! Señor, me gustaría poder entenderlo… No, no, ¡no! Se supone que no debería ser así, se supone que yo debería irme primero. He estado preparada para morir antes. No creo que pueda con esto, no, no creo que sea capaz… Quiero golpear algo, quiero golpear a alguien hasta que se sienta tan mal como yo. Quiero golpear algo, quiero golpearlo duramente…”
(Sally Field en Magnolias de acero).
Yo pienso que ninguna madre o padre está preparado para ver partir a sus hijos. En ese momento solo sabría aferrarme a Dios, sin preguntas, es el Dueño de la Vida y la Muerte, solo con mucho dolor, pero esperanzador, sabiendo que está en el mejor lugar y que algún día nos reuniremos.
ResponderEliminarPero que nada sería igual es tambien muy cierto.
Mamá
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