Mirando hace un momento mi correo electrónico y la agenda para las próximas semanas, la verdad, es que ambos "registros" parecen pertenecer a una persona muy cool: cata de vinos, cata de aceites, viaje a Budapest, reuniones con proveedores, entrega de material, conciertos, festivales de cine, entre otras actividades.
Pero, lo gracioso -o lo triste- viene cuando explico las actividades:
- Las catas de vino y aceite son por trabajo, para "estudiar" al público asistente.
- El viaje a Budapest es por vacaciones y sí, es mi lujo "marzista" (porque es en marzo)
- Las reuniones con proveedores son, también, por trabajo, así como la entrega de material.
- Los conciertos también son por lujo y goce personal, pero no es nada de renombre ni asombrosamente famoso.
- Al Festival de Cine no podré ir este año, con todo el dolor de mi corazón. Tenía ganas, pero las cosas no han cuajado para que resultase. A ver si en 2012...
Al final, salvo el viaje y los conciertos, todo es por cosas laborales, con poco disfrute -aunque me encargaré de pasarlo bien en todas y cada una de ellas. Marzo se viene con fuerza y con una buena carga de trabajo, pero eso es lo que necesito ahora mismo.
Repaso el texto y me acuerdo de una conversación telefónica con una amiga en la que nos reíamos, sin ánimo de ofender a nadie, de la firma de alguien en la que ponía: cazador de tendencias. ¡Y vivía en una ciudad en la que casi no ocurría nada! Lo imagino sentado en la puerta de su casa viendo pasar el polvo y las "bolas" de paja típicas de películas del oeste, pensando: "Ala, que vuelve la moda cowboy". ¡Anda ya!
En fin, que estoy un poco disperso después de mi paseo aprovechando la primaveral tarde madrileña -y londinense, como bien me informó Pi via Twitter-, de caminata por la Gran Vía con amago de incendio, de atasco en Cibeles y del viaje en autobús de vuelta a casa, pero sin viejas, que a esas horas ya no andan por la calle. Eso sí, a mitad de trayecto, nos tuvimos que cambiar de máquina por una desconocida razón. En Madrid todo puede pasar.
Pero, lo gracioso -o lo triste- viene cuando explico las actividades:
- Las catas de vino y aceite son por trabajo, para "estudiar" al público asistente.
- El viaje a Budapest es por vacaciones y sí, es mi lujo "marzista" (porque es en marzo)
- Las reuniones con proveedores son, también, por trabajo, así como la entrega de material.
- Los conciertos también son por lujo y goce personal, pero no es nada de renombre ni asombrosamente famoso.
- Al Festival de Cine no podré ir este año, con todo el dolor de mi corazón. Tenía ganas, pero las cosas no han cuajado para que resultase. A ver si en 2012...
Al final, salvo el viaje y los conciertos, todo es por cosas laborales, con poco disfrute -aunque me encargaré de pasarlo bien en todas y cada una de ellas. Marzo se viene con fuerza y con una buena carga de trabajo, pero eso es lo que necesito ahora mismo.
Repaso el texto y me acuerdo de una conversación telefónica con una amiga en la que nos reíamos, sin ánimo de ofender a nadie, de la firma de alguien en la que ponía: cazador de tendencias. ¡Y vivía en una ciudad en la que casi no ocurría nada! Lo imagino sentado en la puerta de su casa viendo pasar el polvo y las "bolas" de paja típicas de películas del oeste, pensando: "Ala, que vuelve la moda cowboy". ¡Anda ya!
En fin, que estoy un poco disperso después de mi paseo aprovechando la primaveral tarde madrileña -y londinense, como bien me informó Pi via Twitter-, de caminata por la Gran Vía con amago de incendio, de atasco en Cibeles y del viaje en autobús de vuelta a casa, pero sin viejas, que a esas horas ya no andan por la calle. Eso sí, a mitad de trayecto, nos tuvimos que cambiar de máquina por una desconocida razón. En Madrid todo puede pasar.
Esto te demuestra que las cosas son segun el cristal con que se miran. No todo lo que brilla es oro, tu fant´´astica agenda qued´´o en pocas pero MUY BUENAS cosas y eso es lo importante.Elegir poco y bueno.
ResponderEliminarMam´´a
me vcan a decir como solucionar mi problema d acentos????????
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