Usar el transporte público es, según ciertos estudios, una fuente de peligros que parece no tener fin. Tal como publica hoy 20 Minutos en su web, los usuarios habituales de autobuses o tranvías pueden multiplicar por 6 las posibilidades de contraer infecciones respiratorias agudas, cifra que se multiplica si los usa esporádicamente, ya que quienes acostumbran a utilizarlos, adquieren los anticuerpos para combatir estas enfermedades.
La noticia, que se basa en un estudio de la Universidad de Nottingham, me hizo recordar que no hace mucho tiempo también se realizó una investigación para comprobar la higiene de las manos y en ellas encontraron que, entre muchas otras cosas, había un porcentaje importante de gente que tenía restos de materia fecal, es decir, caca. Bueno, para ser precisos y rigurosos, encontraron Escherichia coli y Enterococcus, las bacterias que se encuentran en las deposiciones humanas y que son fuente de enfermedades contagiosas.
Como experiencia personal, me llama la atención la cantidad de gente que no se lava las manos al salir del baño. Lo he visto en muchos sitios y siempre me resulta chocante. Las normas de higiene deberían ser iguales para todos, pero lamentablemente no hay forma de controlarlo. Por eso, y porque así me lo enseñaron en mi casa, cada vez que llego a casa me lavo las manos y si voy a comer o manipular comida, el lavado es casi como el de un médico antes de operar.
Pero no nos desviemos del tema. El transporte público es de todos, por lo tanto, todos deberíamos estar dispuestos a hacer de él un lugar más agradable y limpio. Pero las propias empresas que los gestionan no ayudan en nada. Hace algo más de un mes, un día muy frío en Madrid (la temperatura exterior no superaba los 6 o 7 grados), el termómetro del autobús marcaba 37º y subió hasta 39º en 10 minutos, a medida que iba subiendo gente. Y todos con abrigos, bufandas, guantes y gorros. ¿Es eso normal? Ya no sólo porque el lugar se convierte en "caldo de cultivo" de todo tipo de enfermedades, sino porque el cambio de temperatura al salir es nefasto para la salud.
Lo mismo ocurre en verano, que hay ocasiones en que subes al autobús o al metro y extrañas algo para taparte, porque el aire acondicionado está puesto al máximo. ¿Por qué no exigir una temperatura media estable? ¿Por qué no hacer de lo "público" algo tan sagrado como lo "privado"? Ni siquiera la psicosis colectiva de la gripe A pudo combatir la falta de higiene. Pero, como todo, tiene fácil solución: la educación en las casas, en los colegios y, si hace falta, en los centros de trabajo, porque la limpieza y la salud es cuestión de todos.
La noticia, que se basa en un estudio de la Universidad de Nottingham, me hizo recordar que no hace mucho tiempo también se realizó una investigación para comprobar la higiene de las manos y en ellas encontraron que, entre muchas otras cosas, había un porcentaje importante de gente que tenía restos de materia fecal, es decir, caca. Bueno, para ser precisos y rigurosos, encontraron Escherichia coli y Enterococcus, las bacterias que se encuentran en las deposiciones humanas y que son fuente de enfermedades contagiosas.
Como experiencia personal, me llama la atención la cantidad de gente que no se lava las manos al salir del baño. Lo he visto en muchos sitios y siempre me resulta chocante. Las normas de higiene deberían ser iguales para todos, pero lamentablemente no hay forma de controlarlo. Por eso, y porque así me lo enseñaron en mi casa, cada vez que llego a casa me lavo las manos y si voy a comer o manipular comida, el lavado es casi como el de un médico antes de operar.
Pero no nos desviemos del tema. El transporte público es de todos, por lo tanto, todos deberíamos estar dispuestos a hacer de él un lugar más agradable y limpio. Pero las propias empresas que los gestionan no ayudan en nada. Hace algo más de un mes, un día muy frío en Madrid (la temperatura exterior no superaba los 6 o 7 grados), el termómetro del autobús marcaba 37º y subió hasta 39º en 10 minutos, a medida que iba subiendo gente. Y todos con abrigos, bufandas, guantes y gorros. ¿Es eso normal? Ya no sólo porque el lugar se convierte en "caldo de cultivo" de todo tipo de enfermedades, sino porque el cambio de temperatura al salir es nefasto para la salud.
Lo mismo ocurre en verano, que hay ocasiones en que subes al autobús o al metro y extrañas algo para taparte, porque el aire acondicionado está puesto al máximo. ¿Por qué no exigir una temperatura media estable? ¿Por qué no hacer de lo "público" algo tan sagrado como lo "privado"? Ni siquiera la psicosis colectiva de la gripe A pudo combatir la falta de higiene. Pero, como todo, tiene fácil solución: la educación en las casas, en los colegios y, si hace falta, en los centros de trabajo, porque la limpieza y la salud es cuestión de todos.
Por eso me lavo CIEN VECES las manos, no tomo nada sin hacerlo, tengo limpiadores instantáneos en todas partes y si me dan la mano o me pagan una renta corro a la desinfección. Imagino te acuerdas de tu nonna y su insistencia en ello??????????????????
ResponderEliminarMamá
Por eso me lavo CIEN VECES las manos, no tomo nada sin hacerlo, tengo limpiadores instantáneos en todas partes y si me dan la mano o me pagan una renta corro a la desinfección. Imagino te acuerdas de tu nonna y su insistencia en ello??????????????????
ResponderEliminarMamá
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