Después de una deliciosa cena portuguesa en casa de Sara y Diego, con María, Ivor y Marcos, en la que nos sirvieron recetas de sopa, pescados, carnes, legumbres y verduras, llegó el momento de la retirada porque se hacía tarde y mañana es un día productivo. Pero me encontré unas gafas como las de la foto -había 4 en total- y tuvimos que hacer una sesión de fotos ad hoc al momento.
Unos cuantos minutos después, con la risa puesta encima, emprendimos el camino a casa. El resultado no es lo más sentador; pero gracioso, mucho. Y ridículo, más aún.
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