¿Futuro ultravioleta?

Acabo de leer en la prensa que las grandes productoras de cine (Warner, Fox, Sony, Universal y Paramount, entre otras) apostarán por distribuir películas en formato streaming -a través de la plataforma Ultraviolet, en vez del ya famoso DVD, abriendo el camino a la recepción directa en dispositivos móviles y en ordenadores.

Con esta medida, esperan evitar las descargas a través de Internet y a gigantes del intercambio de archivos como Rapidshare o Megaupload. Se permitirá, eso sí, que quien haya alquilado o comprado un producto, podrá compartirlo con un limitado número de amigos y reproducirlo las veces que el contrato así lo estipule.

Pero la pregunta que me surge de forma instantánea es la misma de siempre: ¿cuánto costará este invento? Si los precios son abusivos, no esperen que los usuarios estén dispuestos a pagar y ya se buscarán la forma para eludir los controles de seguridad impuestos por los grandes estudios, tal como se ha hecho hasta ahora. Si el coste de la "cultura" no fuese tan alto, probablemente no estaríamos hablando de temas de seguridad y derechos de autor.

Como sea, el mundo de la red, los "royalties", y los eternos beneficios para los autores y sus descendientes, darán mucho de qué hablar. Y no sólo en cuanto a la producción cinematográfica. La música, como era de esperar, ya está sentando precedentes. Después de mirar este artículo en El País, la duda que queda es: ¿hasta dónde vamos a llegar? Ni la sociedad ni las leyes están preparadas para este enfrentamiento con el mundo digital y las cosas se ponen cada vez más complicadas en materias de Derecho y derechos.

Simplemente pido -más bien exijo- como usuario responsable y dispuesto a pagar por consumir, que si esto no sigue la senda de los últimos años y no se transforma en una afrenta para nuestros bolsillos, todo podría llegar a buen puerto. De lo contrario, que se preparen para una guerra abierta de contenidos, la misma que estamos viviendo ahora, pero más encarnizada. Si la tecnología avanza a esta velocidad, no quiero ni pensar de lo que seremos capaces de hacer en 5 o 10 años.