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Ayer salí a la calle para hacer una pequeña excursión por el barrio y probar hasta donde podía llegar. Dolió, pero era llevadero. Esta mañana, otra vez me puse el lumbago y me lo llevé de paseo. Un par de compras en el supermercado y vuelta a casa. Volvió a doler. Pero es impresionante como nos vamos acostumbrando a convivir con eso. Será que el llamado umbral tiene la posibilidad de derrumbarse y reconstruirse en un nuevo lugar, más cerca o más lejos.
Y ya de vuelta en casa toca trabajar, volver a la realidad poco a poco. Comenzar con las rutinas, con la vida normal. No más "silla especial", no más "no hacer nada". Es hora de aguantar (según digo esto una fuerte contracción en el costado derecho llama mi atención) y continuar...
Aguanta hijo, hay otros que sufren más. Snif snif snif Pero espero sacarme el dolor de raíz con la operación
ResponderEliminarMamá
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