Durante mucho tiempo me pregunté si era capaz de amar. No de cualquier amor. Creía imposible poder sentir todo lo que se dice sobre él. Si lo pensaba fríamente, me daba la sensación de que no tenía lo necesario para esa entrega, dedicación o concesión. Cuestioné mi humanidad en cuanto a habilidad del hombre para amar, sintiéndome como una especie de máquina o robot con grandes carencias. Pensé que estaba completamente vacío y que todos mis afectos eran convenciones superficiales.
Desde la distancia puedo decir que fueron momentos oscuros y complicados. Cuestionarse la propia humanidad o la capacidad de sentir es algo muy duro. No lo elegí, pero llegué a ese punto. Y con la perspectiva que da el paso del tiempo y la experiencia, creo que fue un excelente aprendizaje.
Con el tiempo reaccioné y comprendí que no solamente podía amar, sino que podía hacerlo con mucha intensidad y entrega. Que cuando amamos realmente a alguien lo hacemos con todo el cuerpo, sin ser capaces de separar sentimientos de sensatez, sensibilidad de sentido. Me reencontré con mi humanidad y conmigo. Me había abandonado a una suerte que no me correspondía o que, al menos, no era nada justa.
Hoy puedo decir que he amado, que amo y que amaré. Puedo sentirme aliviado, humano y tener la certeza de que no estoy muerto por dentro. Con eso me vale para seguir adelante.
El Amor, en todas sus expresiones es necesario en la vida de todos nosotros, la persona que no sabe o no quiere sentir Amor se está destruyendo de a poco.Y la que solo se ama a si misma se pierde la maravilla del amor correspondido y compartido.
ResponderEliminarDios es AMOR por escelencia y como fuimos creados a su imagen y semejanza, solo el Amor nos puede hacer felices y salvarnos.
Mamá
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