¡Qué momento de gozo!

Una de las cosas que más disfruto es caminar por la playa y dejar que el mar me moje los pies. Es una especie de ritual de limpieza, de renovación. La verdad es que es una de las cosas que se extrañan en Madrid: el mar. Siempre le da a las ciudades una frescura, una sensación de amplitud, de apertura, de libertad. Es lo que tiene Barcelona, una ciudad en la que te da la sensación de que puedes respirar más, de que hay más aire sin necesariamente ver el mar directamente. Tengo ganas de ir a Barcelona. A ver si en mi agenda puedo poner una fecha para hacerlo. De todas formas, el mar de la foto es algo más grande: es el Atlántico, donde nunca había puesto mis pies directamente. Y la playa es cerca de Cascais. ¡Qué momento de gozo!

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  1. Anónimo16:46

    te puse un comentario en Face pero como no puedo dejar de hacerlo en tu blog(tu mas fiel seguidora ja ja ja )te repito el mar está ligado a tu infancia y a la mía, somos de familia que amamos el mar y tambien le tenemos mucho respeto, mojarse los pies y bañarse con precuación, caminar por la arena y ver esa inmensidad que nos acerca a Dios y nos hace agradecerle este regalo para sus Hijos es una maravilla de las maravillas.

    Mamá

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