No todo lo que viene de Estados Unidos es malo. Si bien es un país criticado y criticable, cada cierto tiempo nos encanta con alguna manifestación artístico-cultural que tiene mucho que decir. La última que ha llegado por estos lados, "In treatment", una serie tan simple y tan profunda a la vez, tan compleja, tan completa.
Su estructura es sencilla: diversas sesiones de terapia cuyo factor común es el terapeuta, un magnífico Gabriel Byrne. Los pacientes, semana a semana, nos van desgranando sus vidas, mientras la propia del médico se tambalea con sus problemas cotidianos que intenta resolver acudiendo a su propia terapia, con la genial Dianne Wiest, tan agresiva y comedida como sólo ella puede hacerlo.
Dirigida y escrita en gran parte por Rodrigo García, el hijo de García Márquez, la serie se extiende por 43 capítulos (sólo he visto los 10 primeros) y promete mucho. Otra de las grandes apuestas de HBO por una televisión distinta: el escenario es prácticamente estático, sólo apoyado en la progresión actoral y en unos diálogos milimétricos para no desvelar más de lo que se quiere, pero hechos para encantar al espectador.
Otra más que se suma a la lista de las imprescindibles de la antigua caja tonta. Cada día menos tonta. Para ejemplos: Desperate Housewives, 30 Rock, The Big Bang Theory, Grey's Anatomy, Mad Men, Brothers & Sisters, Private Practice, entre otras muchas.
Su estructura es sencilla: diversas sesiones de terapia cuyo factor común es el terapeuta, un magnífico Gabriel Byrne. Los pacientes, semana a semana, nos van desgranando sus vidas, mientras la propia del médico se tambalea con sus problemas cotidianos que intenta resolver acudiendo a su propia terapia, con la genial Dianne Wiest, tan agresiva y comedida como sólo ella puede hacerlo.
Dirigida y escrita en gran parte por Rodrigo García, el hijo de García Márquez, la serie se extiende por 43 capítulos (sólo he visto los 10 primeros) y promete mucho. Otra de las grandes apuestas de HBO por una televisión distinta: el escenario es prácticamente estático, sólo apoyado en la progresión actoral y en unos diálogos milimétricos para no desvelar más de lo que se quiere, pero hechos para encantar al espectador.
Otra más que se suma a la lista de las imprescindibles de la antigua caja tonta. Cada día menos tonta. Para ejemplos: Desperate Housewives, 30 Rock, The Big Bang Theory, Grey's Anatomy, Mad Men, Brothers & Sisters, Private Practice, entre otras muchas.
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