It gets better (and better)!


La verdad es que todavía no puedo creer la última semana. Incluso hoy, 8 días después, me cuesta procesar toda la información recibida. Pero voy a intentar descomponerla para ir, poco a poco, repasándola...

1. La sorpresa. El domingo pasado era un domingo cualquiera en casa: levantarse con calma, desayunar, ducharse, ver algunas series y relajarse, que para eso están los fines de semana. Después de comer, a eso de las 16:15, suena el telefonillo (el citófono en Chile) y, sin ver a nadie por la cámara, oigo una voz que dice: "Subo pedido de Telepizza". Independientemente de lo absurdo del mensaje en mi actual vida sin gluten y de que nadie en casa había encargado nada, la voz de mi hermano era inconfundible. Pero olí que no venía solo... Después de comentarlo con Ivor, caí en la cuenta de que era mi padre el acompañante. ¡Sorpresón! Ya tenía una representación de mi familia chilena para el martes.

2. La reacción. Lo que más esperaban todos era ver mi cara de sorpresa. Curiosamente, siento que me sorprendí menos de lo que esperaban. No solo porque, atando cabos, sentía que algo pasaba; pero, sobre todo, es que la impresión fue rápida y dio paso a una sensación de felicidad y tranquilidad. Todo resultó tan natural y me resultó tan fácil verlos sentados en nuestro salón, que de grandes desmayos me quedé con una sensación "calentita" ante esa muestra de amor.

3. Madrid. Paseamos a las visitas todo lo que pudimos por la ciudad, sobre todo por "nuestro" Madrid: lugares preferidos, dónde habíamos trabajado, vivido, etc. Además, por supuesto, los hitos que creemos son los más relevantes. A ratos parecía que no se interesaban mucho por la "historia" de cada lugar o la razón por la que habíamos llegado allí con ellos, pero sé que en su memoria y en la de su teléfono, se fueron varias imágenes para el recuerdo.

4. La boda. El martes era el gran día para nosotros y voy a intentar repasarlo entero. Nos levantamos como cualquier día normal, aunque debo decir que estaba especialmente feliz. Ya había dicho antes en este blog que me parecía muy raro que llegase el día de mi matrimonio, cuando durante años ha sido (y sigue siendo en muchos países) un tema de gran discusión. Pero sí, nos casamos con todas las de la Ley y tenemos los mismos derechos, deberes y garantías que cualquier otra pareja casada bajo la legalidad española. ¡Y nadie puede quitarnos eso! Es nuestro, es legal, es reconocido y está hecho. Es un Matrimonio con mayúsculas, pese a quien pese.

Desayunamos en familia, nos vestimos y nos fuimos al Registro Civil donde, tras una breve espera, entramos a casarnos. Sin pensarlo, reunimos a un grupo maravilloso de personas que nos acompañaron durante todo el día: la familia directa (mi padre y el de Ivor, mi hermano y la hermana de Ivor), los amigos (Sara y Pablo -los testigos/padrinos-, Sonia, Mar, Soraya, Greg, Marina, Belén, Coco, Andrea, Moira, María, Víctor, Carolo, Celine, Ana y Begoña) y nosotros.


En el vídeo (¡Gracias Belén!) se puede ver el momento de la ceremonia y el beso. ¡Mi voz no se oye! Como no sabía muy bien qué responder, apenas se escucha mi sí, pero lo digo fuerte y claro: ¡SÍ!

5. La comida. Desde el principio habíamos planeado casarnos y ya. No nos gustan los "bodorrios" ni nada que se le parezca. Y, como además era un martes, jamás pensamos en contar con la convocatoria que tuvimos. Pero esa falta de organización fue uno de los puntos altos: sin estrés, comimos en uno de nuestros rincones favoritos (en el que al menos habíamos pedido un lugar para nosotros) y la comida estaba deliciosa: ensaladas, raciones de jamón y de croquetas, lubinas a la sal, chuletones, patatas y tarta de Santiago. Todo muy familiar, muy casero y, por supuesto, delicioso. La Esquina Ibérica es siempre una apuesta segura para nosotros. Además, lo mejor es que todo el mundo se integró, compartió y participó, lo que fue para nosotros uno de los grandes regalos del día.

6. La "intervención". Pasada la comida y una larga sobremesa, decidimos volver a casa. Nada más entrar, tuve que intentar comprender qué pasaba...


La casa estaba llena de globos, citas y flores (además de especias y "granos" que iríamos encontrando después al final de cada globo). Había una tarta sobre la mesa con dos figuras que nos representaban. Intentando descifrar cómo y cuándo había ocurrido todo eso, a cada paso veía algo nuevo y más cosas por todo el piso. ¡Menuda sorpresa! (Otra más). Nos emocionó mucho ver todo el trabajo y el amor que habían puesto los artífices de la sorpresa (Celine, Víctor, Carolo, Nacho y David) para llenarnos la casa de luz y color. Para mi padre fue la constatación definitiva de que, cito, "tienen unos amigos que valen un tesoro". A partir de ahí, todo fue relax y gozo: café, infusiones y las impresiones del día, además de historias compartidas cerraron un día esencialmente redondo.

7. El resto de la semana: transcurrió entre paseos, comidas, trabajo y descanso. Seguimos llevando a las visitas chilenas por Madrid y alrededores cuando el tiempo nos lo permitía, además de acompañarles y hacer que su estadía fuese lo más cómoda posible. ¡Lo intentamos de todo corazón! Hoy ya están de vuelta en Chile (aterrizados recién) y esperamos que hayan disfrutado este viaje de locos de apenas una semana, únicamente para venir a acompañarnos en esta semana tan importante para nosotros.

Hemos recibido muchísimo amor y cariño desde distintas partes. Facebook ha sido la herramienta de comunicación esencial en este proceso y me gustaría agradecer a todos quienes han dado a "Me gusta", han comentado o han enviado mensajes: ¡Sin ustedes esto no hubiese sido igual! ¡Gracias, gracias y más gracias! Estamos felices, contentos y recién casados, que es lo que queríamos. Nos seguimos amando igual o más que hace 11 años y medio. 

Y yo, aunque ya lo había hecho, doy por enterrado al fantasma de aquel gay de provincias que tenía tanto miedo y que siempre pensó que moriría solo, sin haber podido nunca amar ni ser amado (con todo lo cursi que eso suena, pero la adolescencia es muy macabra a ratos... y todos tenemos un pasado). Ahora soy un hombre casado, feliz y pleno. No es que el matrimonio haya cambiado nada en ese sentido, porque ya era feliz y pleno. Pero ahora he podido ejercer un derecho aquí que se nos niega en tantas partes, y eso me satisface profundamente. Seguiré luchando, en todo caso, para que haya muchos y muchas como yo que puedan ejercerlo. El matrimonio civil es un derecho de todas y de todos.

It gets better (and better)!

8/Post a Comment/Comments

  1. Qué bonito todo Tomás, sois fantástico y merecéis todo lo bueno que os ha pasado y os pase.

    Abrazos míos y de Belén.

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    1. ¡Gracias, bonitos! Abrazos para vosotros.

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    2. Anónimo22:17

      Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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    3. Anónimo22:19

      Muchas felicidades Tomàs!!!!! Dejando a un lado el tema de la sexualidad, solo se feliz como ya lo estàs siendo! Eso es lo importante!!! Un fuerte abrazo!!!!

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  2. Que viva el amor, en un myndo tan mezquino tan prejuicioso. Es maravilloso sentir ese amor, y que dos seres humamos se sientan plenos y armados

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  3. Felicidades 🎁 🎈 disfruten a plenitud su vida! Felicidades por mil

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