¿Es normal que nos planifiquen el ocio?


Y sigo yo pensando respecto a la paternidad culposa, esa que queda bien demostrada en la campaña de Ikea (mira el post anterior), pero que desde hace ya varios años ensombrece la mirada de madres y padres que deben dedicar buena parte de su día a trabajar para satisfacer las necesidades de sus hijos e hijas. ¿Es justo el sistema que hemos construido? Pues no, claramente no. Y no lo es por varias razones:

1. Así, solo por encima, un mundo que permite no solo el aumento de la pobreza en los últimos 5 años (además de su sostenida presencia desde el principio) y pone en situación de riesgo a miles de niños y niñas, es claramente un sistema corrupto que no sirve para lo que dicen y quieren que sirva. ¡No nos engañemos más!

2. No es justo el hecho de que la "jornada laboral" de nuestros hijos e hijas sea mayor que la de cualquier adulto. Hagamos cuentas: entre horas en el aula, más deberes en casa, más actividades fuera del colegio, más los pasatiempos en los que les apuntamos, etc., pasan unas 10 horas diarias, es decir, cerca de 50 horas semanales, sin contar el hecho de que debemos incentivarles en la lectura, les pedimos que hagan cosas en casa para ayudar (educar), etc. ¿Qué ritmo es ese para un niño? Y si a eso le sumamos las horas del indispensable inglés, más la catequesis, el baloncesto y las horas de televisión (fútbol, películas, dibujos animados, etc.), la verdad es que a veces no sé a qué hora duermen. Y ya no digamos los minutos consumidos frente a teléfonos o tabletas (propias o de sus padres, incluso aquellas que les han sido encomendadas en el entorno laboral).

Yo no sé ahora, pero cuando yo era pequeño la hora de dormir era como muy tarde a las 21:00. Me ha tocado ver muchas veces, quizás demasiadas, que los niños andan deambulando por la casa a las 2 y 3 de la mañana porque sus padres han invitado a amigos, comiendo a esas horas, bebiendo gaseosas, etc. Cada vez que veo eso pienso que algo va mal, que hay un punto en que nos hemos perdido. ¿De verdad que olvidamos la forma de decir que no? ¿El valor de la educación en la casa, de las estructuras, de los horarios, del tiempo de descanso? No se trata de ser estrictos como la señorita Rottenmeir, sino de establecer normas, de trazar límites, de pensar en el beneficio para ellos y no para los adultos.

3. Tampoco es justo que la demanda de tiempo de los niños deba ser satisfecha con objetos materiales o con horarios planificados al dedillo para contrarrestar las ausencias. No hace mucho, me contaban el caso de una niña que, entre terapias y rehabilitaciones (es una persona con discapacidad), tenía clases de piano, natación, baile y no sé qué otras cosas, además de sus habituales actividades como estudiar o hacer deberes, lo que le dejaba apenas tiempo para el ocio, que también estaba puesto en su planificación semanal. ¿Es normal que nos planifiquen el ocio? 

La mejor paternidad responsable es dejar que las niñas y los niños se hagan responsables de lo que les corresponde. Siempre pienso en la única vez que llamé a mi madre por teléfono desde el colegio (que tuve que rogar para que me dejaran llamar desde portería, porque no era época de móviles) para decirle que se me había quedado algo en casa: "Tendrás que explicarle al profesor que se te olvidó y asumir las consecuencias... estoy trabajando". Algo así, como debería ser. No veo a mi madre corriendo desesperada por las calles de Talca para llevarme aquello que me dejé sobre la mesa. Mi responsabilidad estaba clara: estudiar y cumplir con lo que se me pedía. Nada más. El resto, dependía de mí: mi tiempo de ocio, mi tiempo de lectura, mi tiempo de reflexión, mi tiempo de desorden. Y mis límites eran: el horario en que compartíamos las comidas en familia, que mi habitación no fuese un caos y respetar los espacios de los demás. Suena simple, pero a día de hoy parece toda una aventura.
 
¿Por qué se sienten culpables los padres y las madres actuales? ¿Será que realmente sienten en su cabeza y en su corazón que el sistema es cruel con ellos y con sus hijos? ¿Y qué hacen por cambiarlo? Curiosamente, conozco a madres que se lamentan del poco tiempo que tienen para dedicar a su familia, para estar con ellos; pero, apenas tienen el espacio para estar juntos, todo lo convierte en actividades que tienen un fin "productivo". 

El ocio, eso que suena tan mal, es muy bueno para las familias. Jugar, divertirse, pasar tiempo juntos solo por pasarlo, salir de paseo únicamente para disfrutar de la compañía y del entorno. No sé, quizás hay algo que me perdí en el camino y que por el hecho de no ser padre no he comprendido. Pero, desde fuera, evidentemente que me horroriza ver lo que muchos y muchas están haciendo con los suyos: convertirlos en pequeños tiranos y tiranas con una nula capacidad a la frustración, al fracaso y a enfrentar la vida de manera autónoma y responsable. Sí, son niños, pero son también adolescentes y el futuro de todos nosotros. De ahí la preocupación, de ahí la necesidad de escribir esto.

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  1. Anónimo14:58

    Tienes toda la razón, hijo, no hace mucho tuvimos una fuerte conversación(ya repetida) con los padres de los niños de nuestro pasaje porque son las 11 o más de la noche y no dejan dormir y uno de ellos me espetó" a ver si fueran los suyos, lo que haría, los míos no tiene porque tener horarios SON NIÑOS (tal cual) y pueden jugar hasta que quieran. Cuando les dijimos que jugaran en su casa, metrópoli, o lo que sea me miró como si fuera marciana. Que pena, recuerdo lo que disfrutábamos jugando carioca, dados, o lo que fuera entre todos. Claramente hay una culpa y una desidia espantosa.. Ja ja ja esa frase no fue solo para ti, sino también para tus hermanos. Las responsabilidades se toman desde chicos y espero tengan claro que les ha servido para ser las excelentes personas que son hoy. revisa el punto 1 tienes una palabra repetida Mamá

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