¿No es sordomudo?

Me llama la atención que todavía haya gente que se sorprenda cuando dice "sordomudo" y le corriges: "es sordo". El cortocircuito que se produce en su cabeza queda en evidencia en su cara de desconcierto. "¿Cómo que sordo y no sordomudo? Si no habla", piensan. Pero una cosa es que no quiera hablar y otra muy distinta es que no pueda. Acaso un alemán que no hable español, ¿es mudo? No, simplemente no se comunica de la misma forma que nosotros. En el caso de los sordos, todavía hay que llevarlo un paso más allá, porque no es una cuestión únicamente de lenguaje, sino de canal de comunicación: oral para unos, visual para otros.


El blog de Asorpe lo define: "Las personas sordas son aquellas que tienen una pérdida auditiva (mayor o menor) y encuentran en su vida cotidiana barreras de acceso a la comunicación y la información. Sordomudo es un término trasnochado e incorrecto que resulta molesto para este colectivo. Y es que tradicionalmente se pensaba que una persona sorda "aparentemente" era incapaz de comunicarse con los demás. No es así ya que pueden comunicarse a través de la lengua de signos y también de la lengua oral (en su modalidad escrita, hablada y cada cual en función de sus habilidades)".

La razón por la que muchos sordos no hablan depende no solo del grado de afección que tengan en el aparato fonador, sino porque muchos de ellos carecen de una educación adaptada que les permita fonar. No obstante, hay una obsesión en el mundo hablante por hacer que los sordos hablen, cuando la lengua de signos, que además en España es cooficial, funciona a la perfección. Lo hemos visto en películas como Hijos de un dios menor (en Chile se llamó Te amaré en silencio), donde la actitud paternalista del profesor que quiere a toda costa que la chica hable, pasa totalmente desapercibida para el gran público en medio de una historia "romántica".

Pero es cierto que el uso del concepto de "sordomudo" tiene una connotación peyorativa y lastimera. ¿Es discapacitado un sordo? Según la RAE, discapacitado se define: "Dicho de una persona: Que tiene impedida o entorpecida alguna de las actividades cotidianas consideradas normales, por alteración de sus funciones intelectuales o físicas". Con esta definición, me queda claro que si voy a un pueblo perdido en el interior de China, seré un discapacitado: no podré realizar una actividad cotidiana tan normal como comunicarme en la forma en que ellos lo hacen. ¿Me hace eso realmente discapacitado? ¿Y aquellos que no pueden expresar emociones o no sienten empatía, actividades del todo normales y cotidianas, son también discapacitados?

Un sordo tiene una limitación en la manifestación oral del lenguaje. Por lo demás, tienen todas sus capacidades y pueden hacer uso de ellas correctamente, sobre todo si han recibido una educación adaptada y adecuada. No hace mucho tiempo, en las escuelas se les ataba las manos a las personas sordas para que superasen la pereza y comenzasen a hablar, o se les prohibía signar como si eso fuese obra de algún demonio. Y tampoco es difícil encontrar que, ante los recortes en Educación (y también antes de ellos), en muchas clases en las que había un sordo, a este se le ponía a dibujar o a pintar mientras el resto de los "normales" seguían con el currículo.

Esa no es la forma de educar ni de inclusión a la que aspiramos. Un sordo tiene necesidades educativas especiales, simplemente porque requiere aprender a través de un canal distinto y exige un trabajo extra por parte de la gran mayoría de los profesores. En una oleada de bi, multi y plurilingüismo, me extraña que se deje totalmente fuera a una de las lenguas cooficiales del Estado español, y pocos hayan reparado en la necesidad de recuperar los refuerzos educativos en el aula para la comunidad sorda y con la posibilidad de contar con intérpretes en aquellos organismos de la Administración, en el ámbito local o estatal.

Hay unas cuantas tareas pendientes en torno a este tema, pero mientras sigamos empeñados en abordar únicamente la "normalidad" y dejar fuera las "eventualidades", en un afán homogeneizador de la población educativa y de la sociedad, pocos avances se conseguirán. Hay que atender a las individualidades y se hace absolutamente necesaria la atención por parte de las autoridades y de la misma sociedad respecto a este asunto.

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  1. Anónimo14:42

    Tienes razón hijo.El mundo, en el que me incluyo tiende a separar a las personas que no pueden seguir un ritmo igual al de la mayoría, cometiendo este grave perjuicio. Quizás la pregunta debería ser ¡que harías tú si tu hijo(a) tuviera este problema?????????

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  2. Hola Tomás, es un gran tema, gracias por abordarlo. Mis 2 abuelos fueron sordos, por distintas razones, desde jóvenes. A veces es hereditario, dicen (mi bisabuelo también era y un tío ahora es). En su caso podían hablar pero gritaban terriblemente... lo que los marginaba naturalmente del resto del mundo. Hace poco conocí lejanamente a Verónica, tiene varios blogs donde habla del tema (y con mucho humor).Es una gran escritora infantil y periodista. Lo que se puede hacer aún cuando se lucha contra el prejuicio, y lo que pueden ayudar a su manera los papás, no? Van sus Blogs:
    http://www.sobreotoesclerosis.blogspot.com
    http://www.lavidaconsubtitulos.blogspot.com y
    http://www.logogenia.blogspot.com

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