Sigo indignado...

Hace un momento recordé una cosa que comentó una amiga el viernes por la noche, durante un cumpleaños, en el que nos estábamos poniendo un poco al día de lo que está siendo este 2011 para ella y para mucha gente: un año bastante jodido. El trabajo escasea, las cosas se complican y el futuro es muy incierto.

Y precisamente fue hablando del futuro cuando ella planteaba que se hace la idea de que, dentro de unos cuantos años -hipotéticamente hablando, espero- tendría que plantearse dormir en una caja de cartón, porque no está claro si el sistema de la seguridad social es sostenible, si tendremos acceso a una jubilación digna, si no habrá quebrado por completo el mundo financiero hundiéndonos a todos, más de lo que ya nos tienen hundidos.

Me indigno solo de pensarlo. Me preocupa, me da rabia, me da impotencia saber que, en el fondo, no tenemos nada asegurado. Planificamos un estado de bienestar, pagamos una buena porción de impuestos -pobre de nosotros que no lo hagamos- y vivimos dentro del sistema. Pero este sistema no nos ofrece ninguna seguridad a cambio. Todo son suposiciones que, dado los tiempos que corren, ni siquiera sabemos si va a existir de aquí a unos años.

En el documental Inside Job, se hablaba de un grupo de jubilados -no recuerdo exactamente el nombre- de EE.UU. que habían puesto todos sus ahorros futuros en un banco que, producto de la especulación financiera, el apalancamiento desmedido y la avaricia, había perdido todo y ellos se habían quedado sin nada. ¿Es eso justo? ¿Quién se está haciendo responsable de eso?

Por eso no me extraña que haya gente llenando las plazas. Por eso no me extraña que muchas personas desconfíen de sus representantes -en suma, quienes nos han puesto en esta situación-, de los bancos, del sistema financiero, de la política... Por eso no me extraña que se exija un cambio y que la gente levante la voz. Por eso no me extraña el desencanto en las palabras de mi amiga y esa imagen borrosa de esperanza en el futuro. Por eso no me extraña que seamos muchos los indignados.

Pero sí me extraña que, cuando toca ejercer derechos o exigir cuentas, no pensemos más allá, no hagamos un análisis de la situación actual con altura de miras, con inteligencia, con criterio. Mi mea culpa particular es que nunca he ejercido mi derecho a votar y mis razones son muchas, pero no me detendré en ellas ahora.

Aquí en España solo puedo hacerlo en las autonómicas y no en las generales. Se me pasaron estas recientes elecciones, pero estoy considerando hacerlo en las próximas, porque si me indigno tengo que hacer algo, actuar. Y ya no me vale únicamente con escribir. Si ellos han sido capaces de organizarse, moverse, dormir en una plaza y expandirse hacia los barrios, bien puedo yo aportar mi grano de arena y exigir un cambio a través de mi voto y de una participación ciudadana, la misma que viene pidiendo Europa hace tiempo: reactivar la vida civil es la clave para sostener la unidad.

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  1. Anónimo17:51

    Tomás siempre te dije que hay que votar. Si no lo hago o hacemos, mal podemos culpar a otros por las desiciones que se tomen respecto a todo. Y ya que has decidido votar por los españoles, espero tambien lo hagas cuando salga el voto de los chilenos en el extranjero, ya que eso nos afecta a nosotros.

    En cuanto a seguridad, creo que jamás tendremos ni financiera ni de ninguna cosa. La vida, nuestra vida puede cambiar en cosas de segundos y todo lo planeado irse a la chuña.
    Siempre recuerdo un matrimonio que ahorró y ahorró para cuando jubilaran y cerraran su negocio, disfrutar juntos. ¡que pasó? ella tuvo accidentes vasculares, quedó inválida y en silla de ruedas.
    Por eso si hay que prevenir, hay que ahorrar, pero a mi me gusta ahorrar yo,que nadie se meta en mis platas y después de eso, me pongo en las Manos de Dios y confío en mi futuro.
    Y en uds, que nos mantendrán ja ja ja

    Mamá

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