Terrorismo informativo (2010)

Como ya se acerca el final de año y tengo la agenda bastante cargada estos días, voy a comenzar con los post recopilatorios referentes a 2010.

Uno de los tópicos que se me viene a la cabeza nada más echar la vista atrás, es el de terrorismo informativo. Los medios de comunicación, como nunca, nos han acosado con las más escandalosas y preocupantes noticias. Pero no sólo se quedan en remarcar lo que "vende", sino que en aterrorizar a la población con muchas calamidades y catástrofes.

Miremos hacia Haití y Chile, por recordar los terremotos más sonados del año. Nos llenaron la pantalla de televisión con las imágenes más desgarradoras y con las informaciones más atroces que habíamos visto en mucho tiempo. Pero, no contentos con eso, los medios (y la misma población), al menos en Chile, se encargaron de anunciar nuevos y destructivos sismos durante largos meses.

Lo mismo con la Gripe A, la famosa pandemia que nunca llegó y que, nuevamente, tiene un intento por asomarse en las portadas informativas para justificar las medidas preventivas que se tomaron en su momento. O la crisis económica que, cada semana, tiene una nueva víctima. Los intentos por debilitar el euro frente al dólar, han hecho mella en los hogares y en la sociedad en general.

Y la lista es larga: inundaciones, incendios, riadas, huracanes, accidentes, debacles, crispación social, enriquecimiento de uranio, grupúsculos disidentes, presidentes bananeros, corrupción política, abusos, caos aéreo, etc. Todo es carne de oferta periodística, de divulgación masiva, de estrujar hasta la saciedad las miserias de la sociedad moderna y las diferencias sociales para conseguir mayores ventas o audiencias.

No obstante, no debemos olvidar que el Periodismo -sí, ese con mayúsculas- jamás debe ceder ante la amenaza terrorista. Jamás debe fomentar y divulgar este tipo de contenidos sin un filtro, un contexto, una perspectiva que le permita separar la verdadera información de los intereses particulares que las motivan. ¿Qué ha pasado entonces? ¿Han olvidado una de las bases de la ética profesional de quienes trabajamos en comunicación?

La respuesta, creo, es simple. Los intereses, sobre todo los económicos, pero también los ideológicos y políticos, han hecho mella en nuestra profesión. El miedo como ejercicio opresivo se está ejecutando a niveles insospechados, porque no hay nada más fácil de manipular que una sociedad mansa, asustada y dispersa. El miedo genera inseguridad y desconfianza. El miedo es un arma peligrosa para la llamada democracia en la que vivimos.

El mundo no se va a acabar mañana ni pasado y, mucho menos, está todo perdido. Todo camino equivocado es enmendable. Pero sembrar el terror no es la mejor solución. Se trata de generar confianza, de abrir instancias de diálogo transversales, de incluir y no de excluir. Ese es el paso necesario para salir de la crisis, para evitar el conflicto. Las diferencias se tornan irreconciliables si se extreman las posturas, si se radicalizan las tendencias. Por el contrario, si se establece el diálogo constructivo, si los distintos poderes del Estado (en el que incluyo a los medios de comunicación siguiendo la teoría del "cuarto poder") tomaran la responsabilidad que les corresponde debido al rol que desempeñan, probablemente, la sociedad estaría en otra etapa de desarrollo.

Para cerrar, me enferma cada día más la manipulación mediática, la sarta de mentiras a la que se nos somete a diario. Las portadas de los diarios han alcanzado un tinte de poética politizada que no se veía desde los folletines clandestinos y, peor aún, el vulgo se deja manipular de manera conciente y borreguil. Estimado señor, estimada señora, SU periódico o SU telediario no dice la verdad, sino que la interpreta. No cierren los ojos ante la posibilidad de cuestionar, de discutir, de debatir, de indagar, de averiguar. Lean, piensen, mediten y después, por favor sólo después, hablen y hagan valer su derecho a la libertad de expresión y de voto.

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  1. Anónimo19:53

    Noticias en la TV nada

    Diarios solo titulares `para no estar en otra galaxia

    Vida tranquila preocupandome de mis cosas y de las de mis cercanos

    Tiempo para disfutar lejos de la pantalla y solo ver mis series.
    Mamá

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