El beso

Esta mañana, además de ver la bandera española hasta en los sitios más insospechados, recónditos y en todas las variantes posibles, la otra imagen que acompaña al triunfo mundialista es el beso de Iker Casillas a Sara Carbonero.

La pareja, que se encontraba delante de las cámaras mientras ella cumplía sus funciones de periodista deportiva entrevistando al capitán de la selección española (su novio), fue sorprendida con el espontáneo gesto de Casillas quien le cogió la cabeza y le dio un rápido e intenso beso.

Carbonero se quedó descolocada y trató de mantener el tipo lo mejor que pudo, pero su cara de desconcierto me llama más la atención que el gesto de amor y de felicidad del portero. Mal le irá a Casillas en casa cuando ella le pida cuentas por lo que ha hecho. Y no sirve como excusa haber ganado un Mundial o cualquier torneo o premio.

La gente comenta la belleza de la imagen y no lo dudo. Pero también hay que entender que no era el momento ni el lugar para efusividades. Si una maestra de escuela es sorprendida por su novio en medio de una clase y recibe un espontáneo beso frente a los niños, ¿acaso no nos parece fuera de lugar ni provocaría un escándalo entre los padres?

O imaginemos por un momento que la primera dama interrumpe una sesión en el Congreso para demostrarle su amor a Zapatero. ¿Se harían esperar las críticas desde todos los sectores políticos?

Incluso más cerca. Imaginar que la pareja de algún superior en nuestro trabajo le coge la cabeza, le planta un beso y se va ante la mirada de todos. ¿No le perderíamos un poco el respeto y nos parecería absolutamente innecesario?

No quiero ir en contra del romanticismo o de la espontaneidad, pero también hay que saber que hay momentos y momentos. Lo queramos o no, Sara Carbonero pierde credibilidad y se puede meter en un problema (no creo que sea así, pero podría ocurrir), quizás evitando que vuelva a cubrir eventos de este tipo o aquellos en que pueda verse involucrada su vida privada.

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  1. Bueno... yo veo otra interpretación y es la de un jugador de fútbol que sentencia ante los medios, todos, ingleses incluídos, que si se atacaba injusta e irrisoriamente a su pareja por desconcentrar al capitán español hasta el límite de hacer a todo el equipo perder el primer partido, ahora deberían proclamarla santa o algo similar porque esa misma persona, según esta teoría estúpida, ha sido la que les ha llevado a levantar la copa del mundo.

    Es una teoría, quizá fue solo y simplemente un bonito beso para agradecerle el apoyo brindado...

    ya ves, hoy me dió por discutirte... pero desde el cariño eh? jajajajaja muacks!

    (y si llegan a besar a mi profe en el cole, teniendo en cuenta que era monja, me quedo ojiplática)

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  2. Anónimo11:47

    Estoy de acuerdo en parte contigo, técnicamente tienes toda la razón, Tomás... pero no creo, ni mucho menos, que a Carbonero esto le vaya a suponer un problema habida cuenta de la política "editorial" de la cadena para la que esta trabaja. Y ya en el plano más frívolo y tontorrón... oye, a más de una se le ha caido la baba con estas imágenes. Al público en general le ha gustado esta reacción y eso redunda en beneficio de los índices de simpatía hacia la periodista. Así son las cosas y así se las hemos contado...

    María

    María

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  3. Patri, creo que eso es rizar demasiado el rizo... en esos momentos seguro que Casillas no podía pensar en nada así. Me inclino más por la segunda teoría.

    María, la parte frívola es muy entretenida y como dije es un bonito gesto. El problema fue el momento y el lugar. Pero tal como decimos, raro sería que a Carbonero le trajese problemas trabajando donde trabaja. Incluso es probable que lo exploten hasta la saciedad...

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  4. Tomás:
    Puedo llegar a compartir en algo tu opinión pero me permito hacer algunas consideraciones.
    Creo que los ejemplos que das no tienen mucho que ver con lo que vimos anoche por la tv.
    El contexto es muy importante.
    No se gana un mundial todos los días.
    Vos te imaginás cómo estaría la cabecita del bueno de Iker después de haber aguantado la presión de disputar una final del mundo?
    No olvides que pocos minutos antes del beso, Casillas como capitán de España recibió de manos de Blatter la copa y fue él, ante millones de espectadores quien la levantó.
    Para reafirmar esto, según estudios hechos por la Nasa, que no quiere decir que sean "divinos", pero solo a modo de ejemplo... cuando un piloto de Fórmula 1 adelanta a otro competidor, sus pulsaciones son iguales a las de Neil Amstrong cuando pisó la luna... (ya, es cierto... tampoco mi ejemplo es de una lucidez extrema)
    A mí me gustó lo que hizo Casillas. Me pareció que es buena hora esta de dejar de ser tan "caretas"...
    Y después de todo... no estaría nada mal que la primera dama le diera un beso a Zapatero... a ver si empezamos a levantar un poquito...
    Te mando un abrazo y perdón por los divagues...

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  5. Mil gracias por participar Gato, hace tiempo que no se te veía por estos lados.

    Entiendo lo que dices del contexto, pero estamos perdiendo de vista el contexto de trabajo en el que estaba ella, mundial aparte. Y en eso -sin perder de vista que ha sido un gesto que pueda gustar más o menos por su espontaneidad, contenido o lo que sea- ha sido un total desacierto.

    Una cosa es dejar de ser "caretas" y la otra es traspasar ciertos límites.

    Si seguimos con los ejemplos (sin adrenalina de por medio), en Chile hace algún tiempo un político se refirió a la Presidenta Bachelet como "la Gordis" en público, que puede ser visto como una muestra de "desacartonamiento", pero también como un desacierto comunicacional y político. Hay momentos y hay lugares para ese tipo de demostraciones o escarnios. Si no, pregúntale a los "hijos de puta" de Esperanza Aguirre.

    Insisto, me parece fantástico que Iker haya querido celebrar el triunfo, que la adrenalina o lo que fuese estuviera por las nubes y que fue un gesto totalmente espontáneo, pero no perdamos de vista lo poco acertado que fue. Creo que no se puede justificar todo por un mundial. ¿O también justificamos los basureros rotos, las botellas destrozadas en las calles y las maditas vuvuzelas en el metro? ¿La ley del todo vale ante un triunfo futbolístico? No, creo que no. La compostura no debe perderse, sobre todo cuando hablamos de deporte, siempre entendido como una sana competencia. Por algo, además, es el capitán de la selección. Mayor responsabilidad todavía le pido.

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