Mis propias certezas

Siempre tratamos de componer nuestra vida a base de certezas, incluso de aquellas que no tienen forma de ser demostradas y que se basan en emociones, en la fe o en la esperanza. Sin ellas, parece que la existencia no fuese más que una irrealidad o incluso una realidad que no merece la pena y que se pierde en una serie de contradicciones o carencias. Hasta somos capaces de lamentarnos por aquellos que parecen no tener ninguna certeza.

Pero la vida nos enseña, repetidas veces, que no hay nada seguro, nada cierto, nada eterno. Todo es relativo, todo es pasajero. La confianza, el amor, las creencias, las motivaciones, la verdad y la mentira. Todo es tan efímero como nosotros mismos. Por ello recurrimos a aquellas cosas que nos ofrecen un asidero, una explicación, una trascendencia, algo que justifique qué somos, quiénes somos y porqué estamos aquí, además de la pregunta más buscada: hacia dónde vamos. Pero, ¿Qué pasaría si nada de eso existiese? ¿Que pasaría realmente si estuviésemos solos?

Como son preguntas imposibles de responder, prefiero quedarme con las cosas tangibles, con aquellas que puedo ver, sentir, tocar, escuchar y oir: todas respuestas sensoriales ante estímulos externos. Me quedo con la gente cercana, con el amor en todas sus formas, con la amistad, con las palabras, con las sonrisas, las miradas y las lágrimas. Y aunque suene egoísta, también me quedo conmigo y mis propias certezas: así soy yo y punto, no hay más vueltas que darle.

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  1. Anónimo14:16

    Tomás, certezas de la vida, del futuro e incluso del presente no tenemos,las cosas cambian en fracción de segundos y por eso hay que decir y hacer las cosas en el momento para no lamentarse. Pero yo al menos ,tengo una certeza que me hace ver la vida con ojos de esperanza, es la certeza de donde vengo y a donde voy. No hay nada que pueda cambiar eso, estoy en las Manos del Señor y mi paso por esta vida SI tendrá consecuencias en mi eternidad y aunque nos peliemos el cierre de la puerta del Purgatorio quiero llegar allá.
    Mamá

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