Bitácora de viaje (I) - El comienzo

Si tuviera que contar sobre el viaje a Nueva York no sabría por donde comenzar. ¿Por las sensaciones? Puede ser un buen inicio, pero seguro que me quedaría corto. ¿Por las muchas imágenes? Sin duda, una empresa abrumadora y desorganizada. ¿Por los colores y aromas? Podría ser, pero me suenan repetidos a gran ciudad y a pueblo pequeño. ¿Por la gente de la calle? Quizás algo demasiado mundano y prejuicioso. ¿Por sus barrios y lugares? Todos tan distintos y tan iguales. Posiblemente, la mejor forma sea la cronológica –también la más fácil-, para ir entremezclando las ideas, los sentimientos, las percepciones, lo concreto y lo inexacto.

La génesis del viaje no fue la mejor: el 20 de marzo de 2009 se murió Mary Ann Sommer, más conocida como “Mien”, después de perder su tercera batalla contra la leucemia. Como en ese momento nos pilló a todos de sorpresa, fue imposible organizar algo más que un envío de flores (que ya fue dificultoso), lo que generó la sensación inevitable de hacer algo en su honor, en su recuerdo. Surgió la idea del viaje y, al poco tiempo, nos pusimos manos a la obra. Problemas más y problemas menos, con algunos “desencuentros” virtuales, finalmente todo se encaminó para las fechas adecuadas (del 2 al 11 de octubre) y fuimos cerrando temas hasta el último momento. El resultado no pudo ser mejor.

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