La masa alternativa

Durante años he sido testigo de una de las peores pandemias sociales. Ni la gripe aviar ni la del cerdo, y hasta me aventuro a decir que la peste bubónica, fueron tan nefastas para la población como lo son los "alternativos".

Este espécimen es una persona común y corriente, que hace lo mismo que todos los demás hacemos (sí, incluso caca), y lo mejor/peor es que lo hacen de igual forma que el resto de los mortales. Pero no, ellos van de alternativos, de originales, de enajenados sociales. No siguen las modas -cuando no hay nada que esté más de moda que no seguir la moda, ¿paradójico, no?-; no van a los mismos sitios que los demás -aunque siempre los encontramos en lugares llenos de gente-; no escuchan la misma música ni leen los mismos libros ni ven las mismas películas ni van a los mismos conciertos que los demás -pero nunca he oído hablar de un concierto con una sola persona en el público-.

Cómo puede ser asocial un ser eminentemente social. No hay forma. Incluso los más fanáticos anacoretas han socializado con otros como ellos. Además, los caminos llamados nuevos, ya han sido recorridos infinitas veces por muchos más. Vamos, que no hay alternativa posible: somos seres sociales, vivimos en sociedad y estamos en ella nos guste o no.

Hoy, en todo caso, me centraré en el tema de las tendencias. Hay muchos que se llenan la boca porque no siguen las modas, por ejemplo, literarias. Odian las listas de "los más vendidos", puesto que no puede salir nada bueno de una estrategia de marketing. ¿Es tan así? ¿Todo producto "vendedor" debe por obligación ser malo? Pues yo creo que no. Ya lo dijo Vargas Llosa el domingo al hablar de la trilogía Millenium, un poco riéndose de los pseudo-intelectuales que se niegan a ceder ante un superventas.

De igual forma, las redes sociales han sido víctimas de los más disparatados comentarios: que si expones tu vida, que si tienes más de un cierto número de amigos (¿quién decide eso?) hay algo que no funciona, que la privacidad, la seguridad, la integridad y un largo bla, bla, bla. Y ahora se alejan de todos los malos presagios y se suman al fenómeno de la Web 2.0 como cualquier otro, lejos de las vías alternativas de comunicación y lejos de las amistades verdaderas. Incluso, miden su éxito en el número de amigos conseguidos, en el número de comentarios o en el número de visitas a sus Webs, como si eso fuera un reflejo de algo trascendente.

¿Por qué, además, hoy se le da un valor a lo alternativo porque sí? Ropa alternativa y te cobran el doble que por la misma ropa en otra tienda. ¡Viajes alternativos!, ¡Música alternativa!, ¡Cine alternativo!... Es simplemente una estrategia de marketing para aprovecharse de la idiotez de quienes aún tienen la esperanza de ser distintos a la vecina del 4º o al frutero de la esquina. Malas noticias camaradas, pero somos iguales. Altos, bajos, gordos, flacos, morenos, rubios, buenos, malos, sordos, cojos, ciegos o mudos, cortados todos por la misma tijera. Y si todavía confiáis en que una prenda de ropa os hará distintos, peor vamos.

¡Ay, alternativos! No hay nada peor que pretender ser distinto, cuando no sois más que una mínima parte de toda una masa "alternativa" que no consigue ser más que eso, una simple masa. Como todos. Igual que todos. Es mejor ser un digno elemento de un todo, que un triste todo que se queda en nada.

4/Post a Comment/Comments

  1. Brillante Tomás....absolutotalitontamente brillante!!!

    ResponderEliminar
  2. C. A. C.12:12

    Y llegó nuestro primer desencuentro virtual...
    Tu artículo, como suele ser habitual, es formalmente brillante -doy la razón a esa tal Sonia- aunque no comparta el enfoque. Efectivamente, el "alternativo" es una etiqueta más de esas que nos gusta poner, pues lo etiquetamos absolutamente todo, no sé si por simplificar realidades complejas, por empobrecer la visión del mundo y de la vida o por ambas. Todo se clasifica y archiva.
    Lo alternativo es una etiqueta más que nació como reacción a lo "oficial" porque lo oficial/comercial no satisfacía. Así nació el cubismo, el espíritu "gipi" o la nouvelle vague. Fueron alternativos. Otra cosa es que lo alternativo se convierta en oficial y se diluya en gilipollez cerebélica y mediática. No es malo ser distinto si realmente lo eres; lo malo es parecerlo-y valga para cualquier etiqueta, no sólo para la alternativa-.
    La pintura no engaña nunca, lo que engaña es el barniz.

    Un saludo con abrazo y palabras.

    ResponderEliminar
  3. Gracias a Sonia por sus palabras "sin cariño" y a C.A.C. simplemente le digo: Maestro, es exactamente lo que quería decir. No es malo ser distinto si realmente lo eres, pero que no por colgarte una etiqueta vas a serlo.

    ResponderEliminar
  4. Anónimo17:09

    hijo como casi siempre tienes la razón y en esto de ser distintos hay varios matices. De hecho siempre me ha cargado ser parte de la masa "no pensante" que actúa como reabaño y sigue cualquier cosa y me gusta ser distinta pero no por ser diferente a la sra. de la esquina o a mi vecino(que ()es un bruto) sino porque me gusta tener mis ideas propias y sacar mis conclusiones de acuerdo a MI y no al resto. Ahora ser tan distinto como para llegar a ser cargante como para querer ser única, NO. Sino ser TU siempre aunque seas DISTINTO al resto.
    Entendiste algo??????
    Mamá

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Artículo Anterior Artículo Siguiente