El antiguamente llamado "cine para niños" ha alcanzado la madurez de forma paulatina, para convertirse en un adulto de gran calidad en los últimos años. Así lo demuestra la industria a nivel global con títulos como "El viaje de Chihiro", las últimas de Pixar, "Persépolis" o alguna de las joyas de Disney.
En apariencia, su público es infantil. Pero, en el fondo, su objetivo es más amplio. No sólo busca entretener, sino seducir a grandes y pequeños con una historia tan superficial como profunda. Y es el caso de "Los mundos de Coraline" (Coraline) de Henry Selick, el creador de otra joya: "Pesadilla antes de Navidad" (Nightmare before Christmas), de la mano de Tim Burton.
La habían tachado de terrorífica y de demasiado oscura para los niños. Creo que es una exageración, aunque claramente su sombra es mucho mayor y más evidente que en otros dramas infantiles.
La historia nos cuenta como Coraline se muda junto a sus padres a una extraña casa en la que descubre, además de algunos raros vecinos, que hay una pequeña puerta que la transporta a una realidad paralela donde todo es mucho mejor. Pero como sabemos, el placer infinito no existe y resultará mucho peor que su verdadero mundo.
Brujas malas, mucho colorido y algunos momentos de tensión para sazonar una cinta hecha con la técnica del stop-motion (una técnica utilizada en el mundo de la animación que consiste en aparentar el movimiento de objetos estáticos a través de múltiples fotografías) y que es una verdadera joya en su puesta en escena, en el trabajo que hay detrás, en la música y en la realización en general.
En apariencia, su público es infantil. Pero, en el fondo, su objetivo es más amplio. No sólo busca entretener, sino seducir a grandes y pequeños con una historia tan superficial como profunda. Y es el caso de "Los mundos de Coraline" (Coraline) de Henry Selick, el creador de otra joya: "Pesadilla antes de Navidad" (Nightmare before Christmas), de la mano de Tim Burton.
La habían tachado de terrorífica y de demasiado oscura para los niños. Creo que es una exageración, aunque claramente su sombra es mucho mayor y más evidente que en otros dramas infantiles.
La historia nos cuenta como Coraline se muda junto a sus padres a una extraña casa en la que descubre, además de algunos raros vecinos, que hay una pequeña puerta que la transporta a una realidad paralela donde todo es mucho mejor. Pero como sabemos, el placer infinito no existe y resultará mucho peor que su verdadero mundo.
Brujas malas, mucho colorido y algunos momentos de tensión para sazonar una cinta hecha con la técnica del stop-motion (una técnica utilizada en el mundo de la animación que consiste en aparentar el movimiento de objetos estáticos a través de múltiples fotografías) y que es una verdadera joya en su puesta en escena, en el trabajo que hay detrás, en la música y en la realización en general.
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