"Frost/Nixon" (2008)

El que sea una película de Ron Howard, siempre despierta suspicacias entre mucha gente, por su tendencia al melodráma épico o al exceso de almíbar en sus realizaciones. No obstante, "Frost/Nixon" se convierte en un ejercicio bipolar, en un campo de batalla reducido a una pantalla de televisión, pero engrandecido en su paso a la gran pantalla.

La historia nos traslada a la década de los 70 del siglo pasado, cuando el entonces Presidente de los Estados Unidos, Richard Nixon, se ve obligado a renunciar a su cargo tras el escándalo Watergate, que ya hemos visto representado en varias y distintas películas. Ésta, en particular, aborda lo que vino a continuación de la crisis política: un Nixon encerrado en sí mismo, confiado en su poder y con sed de más; pero, al mismo tiempo, a un hombre debilitado, inseguro y temeroso del futuro.

Frente a Nixon, encontramos a una estrella, a un rostro televisivo que también busca fama, fortuna y poder. No se le considera un gran cerebro ni menos un profesional, pero arremete con una propuesta a la que es imposible negarse: una larga y profunda entrevista con el ex mandatario, repartidas en cuatro sesiones. David Frost no era, ni mucho menos, el rival más débil, aunque su apariencia así lo demostrase.

Así comienza un duelo de caballeros en apariencia, pero de bestias en el fondo. Cada uno quiere lograr su objetivo a cualquier precio: el uno, redimirse; y el otro, subir en su profesión. Ambos, a la vez, quieren recuperar la estrella que los ha abandonado en Estados Unidos. Si bien la inexperiencia de Frost -que pondrá nerviosos a los periodistas y entrevistadores- le permiten a Nixon dominar gran parte de la grabación de las sesiones de preguntas, será el espíritu de supervivencia el que le permitirá asestar un golpe maestro a Nixon y debilitar a una figura engrandecida.

El reparto, liderado por un Frank Langella magnífico en su papel de Nixon, y por Michael Sheen (el Tony Blair de "The Queen"), está acompañado por unos secundarios muy interesantes: Rebeca Hall ("Vicky Cristina Barcelona"), Tobey Jones ("Infamous", donde hizo de Truman Capote), Sam Rockwell ("Confesiones de una mente peligrosa"), Oliver Platt y Kevin Bacon.

La moraleja de esta película es que jamás se debe infravalorar al enemigo y creerse la propia superioridad. Es la historia de David y Goliat llevada a la televisión y con la política de fondo. Un ejercicio de cine muy correcto, preciso y contado de una forma dinámica que no da pie a largos planos ni a forzadas revisitaciones de una entrevista que pasó a la historia.

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