"Revolutionary Road" (2008)

"Revolutionary Road", la última película de Sam Mendes y basada en una novela de Richard Yates, es toda una experiencia. Las razones son varias:

1. La actuación de Kate Winslet es impresionante. Se nota tanto la problemática interna de su personaje, de la misma forma en que es capaz de ocultarlas tras un velo de "todo está bien" y mi vida tiene una salida. Si no está nominada por esta película, no quiero ni pensar como estará en "The Reader", por la que sí corre en la categoría de Mejor Actriz.

2. Leonardo di Caprio siempre ha sido un actor de talento, pero que no siempre brilla como debe hacerlo. Ya lo vimos en "A quién ama Gilbert Grape", "This boy's life" y en alguna otra demostrando su valía y en esta ocasión también se asoma parte de ese don. No obstante, en muchas ocasiones es eclipsado por la estrella de Winslet.

3. Sam Mendes ya tiene experiencia en las películas que abordan la problemática de los suburbios. "American Beauty" -que a mí no me pareció nada espectacular- ya reflejó lo que ocurre dentro de las maravillosas casas de los buenos barrios. Y "Revolutionary Road" viaja hasta los años 50 para demostrar que en esa época el sueño americano más bien parecía una amarga pesadilla.

4. La sensación durante la película es de angustia, muy bien transmitida por la música y los personajes. En lo primero, el trabajo de Thomas Newman, siempre sonando a sí mismo, es impecable; en lo segundo, la construcción de quienes conforman el universo de los Wheeler (la pareja protagonista), es bastante acertada. Todos parecen vivir en una realidad irreal, en la cual no son felices, pero que se resignan a aceptar como su destino, con todas las consecuencias.

5. El final es arrollador, no sólo por lo que implica, sino porque la escena final debe ser una de las mejores que he visto en mucho tiempo, y que refleja la angustia y la resignación de las que hablaba en el punto 4. Todos tratamos de crear un mundo en el que poder vivir mejor, pero muchas veces ese mundo se viene abajo y debe construirse nuevamente. Algunos tienen éxito y otros no lo consiguen.

6. El ritmo de la película puede decepcionar, porque no es a lo que nos tienen acostumbrados. La cadencia, el agobio, el encierro, la dificultad para respirar, la falsa sonrisa y muchos otros elementos, se transmiten al espectador con mucha facilidad y empatía. Aún así, es una cinta muy correcta en cuanto a los estándares habituales de un drama de esta talla, sin aventurar en el lenguaje ni en el estilo.

7. Merecida la nominación de Michael Shannon como Mejor Actor Secundario. Es impresionante como, quizás, es el personaje más cuerdo, más acertado y que funciona como voz de la conciencia en un mundo de decorados al borde del colapso. Antes lo habíamos visto en películas como "Pearl Harbor", "Antes que el diablo sepa que has muerto" (uno de los mejores títulos del 2008) y "World Trade Center".

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