¡Yo me sumo! ¿Y tú?

Mi amiga Berni ha emprendido una cruzada: dignificar nuestra labor periodística, dejando un legado a las futuras generaciones de profesionales, para que aprendan de nuestros errores y avancen en la consecución de derechos y privilegios que, muchas veces, se nos niegan.
Bien me parece que el periodista está entrenado para ir detrás de la noticia, lo nuevo. Pero eso no implica que deba pasarme 7 días fuera de una casa esperando a entrevistar a una estrellita de medio pelo para que me diga un par de estupideces. O como ella contaba, un alcalducho de poca monta haciéndose de rogar tres días para conceder una simple entrevista y luego, además, imponer condiciones o exigencias al trabajo profesional.
¿Pero qué se creen? Quizás piensan que el mundo gira en torno a su cama o a su pueblo. Craso error. El mundo gira sobre sí mismo en primer lugar y luego alrededor del sol. Habrá tantos pseudo cuerpos celestes como ediles en el firmamento, pero ninguno de ellos tiene el derecho ni la validez para disponer libremente de mi tiempo, mi trabajo y mi capacidad. Acaso no se dan cuenta que, sin nuestra voz o nuestras manos, sus tristes vidas no tendrían repercusión mediática alguna. No será que está malentendido el asunto y en vez de nosotros servirles a ellos o viceversa, podemos realizar un trabajo de cooperación mutua para sobrevivir en armonía.
Recuerdo, hace ya varios años, mientras hacía mi práctica en un medio regional, como una rutilante figura de la política y el espectáculo, me ofrecía dinero para enfatizar una noticia que no daba ni para un breve en la página de avisos. Y sigo sintiéndome orgulloso de mi respuesta: no me interesa que me pague nada. Yo veré si es digno de cubrir y publicar lo que me comenta y le avisaremos. (Es una aproximación, porque no recuerdo las palabras exactas).
Diplomáticamente, reivindiqué mi derecho a trabajar sin presión, sin ataduras y sin tener que militar por nada más que el periodismo de verdad, mi vocación, lo que siempre quise ser. Y esta es la esencia de nuestro rol en la sociedad. Muchos dicen que un periodista no puede mantenerse ajeno a las ideas, a las inclinaciones particulares o a los intereses económicos. Y estoy de acuerdo: uno sólo no puede, pero muchos sí. Y para eso estamos quienes ya tenemos algo de camino recorrido, para transmitir ese deseo, ese real interés por la profesión, el amor a comunicar la verdad de la mejor forma, y tal como decía el sabio Carlos Godoy, para dignificar nuestra labor de periodistas.

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  1. Anónimo06:11

    si amigo, te encuentro toda la razón...sólo que se te escaparon tres detalles: un editor, un director y....un gerente!

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  2. Querida Catherina: cuando el director y el gerente son unos pelmazos, sólo queda decir adios.
    Me tomo la libertad de defender a mi editor, que es un 10.
    Pero como dije en mi columna: no te puedes vender por dos chauchas. Si no encuentras trabajo, pues hay que inventarse uno.

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  3. Anónimo17:59

    felices los que, por un ideal, renuncian a su trabajo y no tienen compromisos economicos porque de ellos será el reino de los cielos

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  4. Claro que hay compromisos económicos. ¿O piensas que no debo mantener mi casa y ayudar a mi marido, también periodista?
    Creo que el reino de los cielos será de los consecuentes con los ideales, de los profiados y los tercos.
    No creo en la ovejas blancas del rebaño.
    Prefiero ser de las negras, e ir en busca de lo que quiero, y no de lo que el pastor me ofrece.

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  5. Anónimo20:24

    a ver...vamos por parte porque creo que te lo tomaste como algo personal y está lejos de serlo. El comentario inicial era para Tomás (“sí, amigo”), ya que él me conoce y sabe a lo que me refería (respeto el derecho a opinar, pero con conocimiento de causa). Por otra parte, ¿Por qué respondes a mi segundo comentario contándome que SI tienes compromisos económicos y luego me preguntas si yo pienso que tu no mantienes a tu familia, si yo jamás me referí a ti?.. Descontextualizadas, entonces, mis acotaciones, trato de contextualizarlas a continuación – ya que me aludiste directamente - y para eso, ahora, si te hablo a ti, Bernardita: Te cuento que yo SI renuncié a mi trabajo por convicciones personales y no a uno, sino que a DOS trabajos, justamente al primero de ellos por la razón que tu tan apasionadamente enarbolas. Por lo tanto, puedo dar fe desde mi propio testimonio y no desde la teoría, que los ideales existen y que vale la pena luchar por ellos. Consecuencia es eso, creo: HACER lo que uno piensa y no sólo decirlo. Sin embargo, muchos (demasiados tal vez) no tienen la misma suerte y creo que por ellos hay que tener respeto y cuidar lo que uno dice. Ese es el tema. El tema es que no comparto la forma, porque justamente cuando renuncié a ese medio de comunicación por razones como las expuestas por Tomás en su blog, fue cuando me di cuenta que muchos compañeros de trabajo se morían de ganas de hacer lo mismo, pero no podían, ya que con esas "dos chauchas" criaban, alimentaban y educaban a sus hijos. Y eso- claramente - no es “VENDERSE”. Entonces me parece descalificador hablar así. Además, conozco también a muchos que creyeron en eso de "si no tienes trabajo te lo inventas" y no les fue bien, persistieron y aun no les va bien. Y no precisamente por falta de inteligencia o perseverancia, simplemente, porque es difícil. Creo que en la vida uno debe ser más humilde. Y si uno cree en algo, espectacular! hazlo!, pero callaito…

    felices los que, por un ideal, renuncian a su trabajo y no tienen compromisos económicos porque de ellos será el reino de los cielos…

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  6. Querida Caterina: no fue mi intención molestarte, pero creo que estás siendo bastante dura. No me sentí aludida ni atacada en tu comentario, sino que me pareció una opinión que merecía una respuesta.
    Valoro lo que has hecho de renunciar a un trabajo que no te parecía el correcto, y te cuento que también lo he hecho dos veces.
    También me inventé un trabajo, me fue bien a veces , y mal otras, pero sí que fue duro la mayoría del tiempo. No es nada fácil montar una empresa, invertir y a veces perder. Ahora acabo de quedarme sin pega, y estoy nuevamente inventando algo. Si resulta, bien, sino, seguiré intentando.
    Simplemente creo que es interesante el debate sin sentirse atacado personalmente.
    Para algo somos comunicadores, ¿no?
    La discusión sana siempre será, al menos para mí, poderosa, interesante y enriquecedora.
    Y repito, nunca tuve intención de devir las cosas de mala manera, no soy confrontacional y lo sabes, porque fuimos compañeras en la u, y creo que siempre tuvimos buena relación.
    Me parece que las palabras escritas pueden resultar duras sin la comunicación no verbal de por medio...creo que fue sólo eso.

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